‘Y ahora Sonsoles’ ya ha comenzado su nueva temporada, con una línea gráfica y una gama cromática representativa recién estrenada, que han hecho que tanto Sonsoles Ónega como el resto de sus colaboradores, entre los que podemos encontrar a Pilar Vidal, Tamara Gorro o Miguel Lago, se hayan posicionado como la opción favorita de las tardes, superando los datos de audiencia del programa de Ana Rosa en prácticamente cada una de las emisiones que llevan hasta el momento. Además, siguen recibiendo todo tipo de testimonios con el fin de ayudar a la gente lo requiere, y también aceptan las visitas de algunas celebridades de nuestro país, como ha ocurrido recientemente con Mercedes Milá, quien conectó con el magacín justo el día del estreno del formato que tanto recuerda a ella, ‘Gran Hermano’, y que se emite en la competencia.
El dardo de Miguel Lago a Mercedes Milá
La presentadora catalana conectaba con Sonsoles para exponer el caso de un desahucio algo peculiar, que explicaba en su cuenta oficial de Instagram hace unos días con las siguientes palabras: «Acabo de recibir un aviso de mi amiga Eloina Prado desde Manzanares el Real para ayudar a parar un desahucio: no se trata de un piso ni de una casa, se trata de un parque infantil. Un parque infantil que conozco muy bien porque es donde llevan a jugar diariamente sus hijos, mis amigas de Manzanares. Esto parece una broma, lo entiendo, pero no lo es«, admitía Milá.
«Hay una mujer, relativamente joven, perteneciente a la aristocracia española, entre la que me encuentro, que amenaza con desahuciar un espacio público que su padre en el año 1975 donó al pueblo para ser utilizado por los niños. Las matizaciones legales y jurídicas las aparto, ya las dilucidarán los expertos. A mí, ahora, lo que me pide el corazón esta noche de primero de septiembre es recordarle a mi colega Almudena de Arteaga el gesto generoso que tuvo su padre el año que murió Franco», continuaba apostillando mientras sufría ciertos problemas de conexión con su teléfono.
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Tras compartir la situación, Mercedes Milá sufrió diversos fallos técnicos y apostó por contar un chiste para intentar calmar la situación: «Esto me recuerda a un chiste que contaba un amigo mío…», y justo en ese momento, en el que se le dejó de escuchar, Miguel Lago comentó: «El chiste no se oye, pero vamos a reírnos para que ella crea que es bueno». Por su parte, la catalana, que no se había enterado de las palabras del colaborador, afirmaba: «Estaba preguntando si era horario infantil u horario normal para contar un chiste asqueroso u otro».