La relación entre Miguel Bosé y su padre siempre fue complicada. A diferencia de su padre, quien esperaba que siguiera sus pasos en el mundo del toreo, Bosé optó por una carrera artística, una decisión que nunca fue del agrado de Dominguín. La hermana de Bosé una vez expresó que su padre deseaba que su hijo fuera una réplica de él mismo, hasta el punto de que el torero le confesó a su hijo que: «No era deseado, era un fraude…».
Fue en el año 2002 cuando la canción que hablaba de esta tórrida relación salió a la luz. El Hijo Del Capitán Trueno de Miguel Bosé explora esta dinámica familiar y personal. El protagonista de la canción representa la lucha interna de defensa de su identidad individual. A través de la letra, vemos cómo se revela un personaje que elige un camino distinto al de su padre, optando por la sensibilidad y la creatividad en lugar de la bravura y la aventura.
La canción destaca la valentía de seguir el propio camino, incluso cuando va en contra de lo que espera aquellos que te rodean. El hijo del Capitán Trueno se niega a navegar por las aguas convencionales de la vida, prefiriendo explorar su propio camino en un océano de posibilidades. A través de metáforas como ballenas y sirenas, Bosé ilustra la profundidad emocional y la singularidad de su personaje, quien elige la autenticidad sobre la conformidad.
Gracias al desahogo que desprendió con esta canción, Miguel Bosé logró perdonar a su padre. El torero, que falleció en 1996, durante sus últimos años de vida se llegó a mostrar orgulloso de los logros de su hijo. Por lo menos de puertas para dentro. Así lo cuenta el intérprete en diversas entrevistas que realizó para la promoción de su serie ‘Bosé’.
El hijo del capitán trueno
Nunca fue un hijo digno del padre
Salió poeta y no una fiera
Hijo de su madre
El hijo del capitán trueno
No quiso nunca ser marinero
No se embarcaba en aventuras
Levantaba dudas
El hijo del capitán trueno
Tenía algo que le hacía distinto
Distinto como cada quien es
De lo nunca visto
Y se pasaba horas entre las ballenas
Y se miraba solo y siempre con sirenas
Y apoyado en el faro cantaba así
En el océano me pierdo
Veo el océano y, no sé
Tan increíblemente inmenso
Tan respetable
El hijo del capitán trueno
Tenía al menos un anillo por dedo
Y en cada oreja un pendiente, sí
Pero ¡qué valiente!
El hijo del capitán trueno
Tenía fama y mucha pinta de raro
Y a todo el mundo le hizo ver
Que eso no era malo
Y así que le encantaba estar entre ballenas
Y se especializaba en conquistar sirenas
Y de noche en el faro le cantaba así
(Ballenas, delfines y sirenas)
Y se pasaba horas entre sus ballenas
Con arte seducía a todas las sirenas
Desde lo alto del faro les cantaba así, así, así
En el océano me pierdo
Veo el océano y, no sé
Tan increíblemente grande y tan inmenso
Tan respetable
Que no navegaré
No navegaré
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