Midorexia o miedo a envejecer: la epidemia del siglo XXI

El término fue acuñado por la periodista británica Shane Watson en uno de sus artículos

Ana Más

Un miedo irracional a la muerte y a los cambios externos que produce el paso del tiempo, además de someterse a tratamientos estéticos de manera exagerada, hacer dietas extremas y vestir y comportarse imitando a los más jóvenes, estos son según explica Dra. Remedios Gutiérrez, psiquiatra y psicoanalista, en Cosmopolitan, los síntomas más habituales de la midorexia o miedo a envejecer.

La experta añade además en el mismo medio que: «A nivel cognitivo, un midoréxico mantiene un pensamiento distorsionado sobre su edad real: se siente más joven de su edad biológica y busca llevar su sentimiento al exterior…». Por eso es frecuente que tengan problemas de pareja, al intentar que esta tenga una apariencia física más joven e incluso con sus hijos, a los que les puede incomodar que su padre o madre se comporte como un adolescente.

Suele tratarse de personas arraigas de manera firme en su infancia, «con miedo a crecer y a aceptar los roles que le corresponderían por edad,llegando a afectar así a su desarrollo personal y sus relaciones sociales», añade Juan Martínez-Mena, psicoanalista del CEAP (Centro de Estudios y Aplicación de Psicoanálisis).

Cómo prevenir la midorexia

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El término midorexia, fue acuñado por la periodista británica Shane Watson en un artículo en ‘The Telegraph’, en el que hizo un juego de palabras «entre el prefijo ‘mid’ (de ‘middle age’, en alusión a la mediana edad), y la voz procedente del griego ‘orexia’, que indica ‘apetito’ o ‘deseo'», explican desde TELVA.

En el mismo medio, Pilar Berzosa, psicóloga clínica, profesora e investigadora de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), explica que la midorexia puede verse desde dos puntos de vista: «por un lado, se puede entender en positivo, ya que refleja a aquellas personas que disfrutan de su madurez, prestan atención a su salud e imagen tanto física como internamente, y cuya autoestima es más potente que cuando tenían 20 años. Para ellas, envejecer no es un problema, sino todo lo contrario, mientras que la segunda vía manifiesta un desequilibrio, causado por la obsesión en relación al cuerpo, al aspecto y a un espejismo exagerado de la eterna juventud».

Y añade que aunque no está clasificada como un trastorno, sí puede llevar a una obsesión por la imagen y esta a su vez convertirse en un trastorno obsesivo.

A su vez la doctora Gutiérrez habla de la importancia de la prevención, para ello lo mejor sería:  el establecimiento de una colaboración real entre los especialistas en estética y los psiquiatras y psicoterapeutas…, poniendo la salud física y mental del paciente por encima de todo«, además de derivar al paciente a un experto en salud mental cuándo haya la menor sospecha de midorexia o dismorfia.

Y añade que gestionar uno mismo un tipo de distorsión de la propia imagen es muy complejo, «Por eso, yo diría que la colaboración médica entre especialidades y el tratamiento psicológico son prácticamente las únicas vías de solución en este caso«, concluye.

Por otra parte Berzosa habla de algunas pautas que pueden ayudarnos en este sentido:

  • Llegar a la madurez bien preparada.
  • Observarse bien a una misma. Entender que hay que vivir las diferentes etapas y encontrar el lado positivo de cada una.
  • Desarrollar nuestro interior: «Esto nos hace centrarnos en la esencia del crecimiento personal, no supeditada a lo que se ve por fuera, sino que a uno mismo. Nos tenemos que cuidar por dentro y hacer introspección, reír, amar; ¡esto sí que embellece!», explica
  • Tener espacio para la meditación, el yoga, o simplemente respirar conscientemente, retomar la lectura, desarrollar tu hobby
  • Desconectar de las redes
  • Tener buenos hábitos, hacer ejercicio, comer, hidratarnos y dormir bien
  • Pedir ayuda profesional si se necesita

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