Es decir, cuando tomamos un medicamento por vía oral, «en función de su forma farmacéutica ( cápsulas, comprimidos,…) el fármaco se libera para llegar al proceso de absorción» y añade que es a la hora de la absorción cuando la cantidad de fármaco que llega a la sangre puede encontrar obstáculos.
Y es aquí donde entran en juego las bebidas carbonatadas, ya que si tomamos el medicamento con alguna de ellas en lugar de con agua, bebida y medicamento pueden interaccionar entre si, «haciendo que o bien llegue más concentración de la debida de fármaco, aumentando la posibilidad de toxicidad o bien que llegue menos y el efecto esperado del fármaco sea menor», explica.
Cuando tomamos un medicamento vía oral, en función de su forma farmacéutica ( cápsulas, comprimidos,…) el fármaco se libera para llegar al proceso de absorción.
A la hora de la absorción, la cantidad de fármaco que llega a la sangre puede encontrar obstáculos. pic.twitter.com/HvmTxFk9eX— Julio (@JulioFdez79) January 5, 2024
El experto explica además el motivo de que esto suceda: «las bebidas carbonatadas tienen gran cantidad de ácido carbónico, lo que le da ese proporciona las burbujas tan características a Coca-Cola y otras bebidas similares. Estás bebidas tienen ph ácido, (ac.Fosfórico), que también afecta a absorción del fármaco», explica.
Y es que la interacción entre nuestro medicamento y la bebida carbonatada puede modificar el tiempo de absorción del primero, su concentración máxima en sangre y los efectos y el riesgo de intoxicación.
Por último se refiere a medicamentos concretos como la Warfarina y el Litio, que si mezclamos con este tipo de bebidas pueden reducir su concentración en sangre y a su vez su eficacia o la Clozapina, la Carbamazepina, la Fenitoina, el Ketoconazol, el Itraconazol y el Ibuprofeno, además del Metotrexato, en los que la interacción con bebidas gaseosas aumenta la concentración del fármaco.
También se refiere a las bebidas carbonatadas que contienen cafeína, que también pueden interaccionar con determinados medicamentos como los ansiolíticos, la efedrina, los anticonceptivos y los medicamentos para el tiroides entre otros. Así que como recomienda el farmacéutico recuerda, «tus medicamentos, siempre mejor con un vaso de agua».
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