Y es que parece incluso que en ocasiones normalizamos estar sometidos a altos niveles de estrés. Desde 20Minutos se refieren a un artículo publicado en el portal de divulgación The Conversation ,de los profesores e investigadores de la Universidad de Sevilla Francisco Manuel Ocaña Campos (grupo Neurociencia del Bienestar), Alicia Arenas Moreno (psicología social), Donatella Di Marco (laboral) y Emilio Durán García (psicobiología) , en el que recuerdan que «es normal que no sepamos identificar el estrés, ya que su evaluación precisa es un desafío constante incluso en el ámbito clínico y en la investigación».
Desde la web de Consumer aluden a algunas señales que pueden indicarnos que sufrimos estrés, en cuyo caso deberíamos consultar con especialista, entre ellas: estados prolongados de ansiedad, cambios de ánimo, miedo, falta de concentración, distracciones, pensamientos repetitivos y en el plano físico, cansancio, falta de energía, dificultad para dormir, dolores de cabeza, taquicardias, llanto fácil o cambios en el apetito, entre otros.
Aunque hay cuestionarios como la Escala de Estrés Percibido (PSS), el Cuestionario de Estrés (SRRS) o el Cuestionario de Estrés Laboral (JSS), para medirlo, también hay otras herramientas para ello. Es el caso de los biomarcadores: «diferentes señales objetivas y medibles en nuestro cuerpo que se relacionan de manera estrecha con un proceso concreto que deseamos evaluar«, explican desde 20Minutos y añaden que ya «vamos disponiendo de esos instrumentos complementarios que dan cuenta del verdadero impacto del estrés en nuestro cuerpo y nuestra salud fisiológica«.
Y señalan como el más usado el nivel de cortisol, una hormona que nuestro cuerpo segrega como respuesta, entre otros estímulos, al estrés, explican. Aunque no se trata de una medición precisa, ya que esta hormona varía según el individuo, el contexto y la hora. Desde consumer.com hablan, en este sentido, de un test hormonal desarrollado por los laboratorios europeos Synlab, que mide la presencia de dos hormonas: cortisol y dehidroepiandrosterona (DHEA), la hormona que contrarresta el efecto nocivo del cortisol, en la saliva.
Y se refieren también a una herramienta desarrollada por la norteamericana Cigna, que «analiza parámetros físicos para conocer el nivel de estrés al que está sometida una persona…a través de unos sensores que se colocan en la cabeza y las manos, mide la frecuencia cardíaca, las ondas cerebrales y la sudoración, y relacionando los tres indicadores», explican y añaden que este test une datos biomédicos con arte digital creando una imágen gráfica de los niveles de estres meienate un mapa en el que los colores fríos revelan niveles más bajos, mientras que los cálidos, muestran los más elevados.
La variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC), es otro buen marcador, esto es la diferencia de tiempo entre latidos, que refleja alteraciones en el sistema nervioso autónomo, explican desde 20Minutos.
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