¿Por qué tenemos menos hambre cuando nos hacemos mayores?

Puede ocasionar deficiencias nutricionales y pérdida de masa muscular

Ana Más

Si tienes padres o abuelos mayores puedes haber notado que desde hace un tiempo tienen mucha menos hambre. Esto parece ser un fenómeno bastante frecuente a partir de cierta edad que según algunas investigaciones puede responder a los cambios en la percepción del gusto y el olfato, junto con alteraciones en la regulación hormonal, explican desde eldiario.es.

Desde dónde apuntan también que «las personas mayores estudiadas en una de estas investigaciones tenían un 25% menos de hambre al despertarse, y se sentían un 37% más llenas después de comer, comparadas con las más jóvenes». 

También influyen en esa pérdida de apetito los trastornos gastrointestinales o los problemas dentales, bastante frecuentes en este grupo de edad. Además de las alteraciones en la composición de la microbiota intestinal que se producen con la edad y ciertos medicamentos que pueden afectar a la absorción de nutrientes.

Consecuencias de la falta de hambre en los mayores

A esto hay que sumarle los factores psicológicos, como la soledad , el estrés y la depresión, así como la pérdida de capacidades cognitivas, algo que confirma en el mismo medio la geriatra Cristina Latorre: «hay mucha depresión en el anciano, una depresión que no se manifiesta igual que en adultos jóvenes, muchas veces las inapetencias están relacionadas con un cuadro depresivo», explica.

Uno de los efectos de esta pérdida de apetito en los mayores es la falta de nutrientes, que a su vez hace que aumente el riesgo de fragilidad, caídas y fracturas, además de una peor calidad de vida y un sistema inmunitario debilitado. A esto hemos de sumarle que las personas mayores cada vez se mueven menos, con ello disminuye su masa muscular y esto a su vez hace que baje su metabolismo basal y provoca que tengan menos apetito.

«Es una pescadilla que se muerde la cola. Si una persona se mueve poco va a perder fuerza muscular, pero también es verdad que cuando nos hacemos mayores perdemos fuerza muscular porque nos movemos poco«, explica la experta, para la que nunca es tarde para actuar, «Si una persona mayor realiza actividad física, y si come adecuadamente, mejora», dice y recomienda una dieta rica en proteínas y ejercicios de fuerza con mancuernas o gomas elásticas, además de caminar o montar en bici.

A su vez desde la web de cuidados a mayores cuideo.com dan algunas pautas para motivar al mayor a comer:

  • Reducir las porciones y aumentar la cantidad de veces que se come durante el día
  • Prestar atención a sus gustos
  • Incluir en su dieta alimentos que puedan aportar mucha energía y variedad de nutrientes en muy pocas cantidades.
  • Completar las comidas con alguna bebida que aporte vitaminas, minerales, incluso proteínas es una buena opción para que ingiera las dosis de nutrientes recomendados diariamente.
  • Evitar ciertos alimentos. Uno de ellos son los que contienen fibra, ya que tienen un elevado poder saciante.
  • Optar por comidas templadas. Estas se toleran mejor que los alimentos muy calientes y potencian el aroma.
  • Variar la dieta en cocciones, sabores y texturas.
  • Tener siempre en cuenta sus limitaciones a la hora de tragar o masticar.

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