De momento la mayoría de los casos son leves e incluso los hay que son asintomáticos. Es más común que afecte a los niños, por eso, «varias autoridades autonómicas de España han recomendado que los niños que presenten síntomas no acudan a la escuela ni a otras actividades colectivas hasta que se descarte o se haya terminado la infección, ya que solo con toser, hablar o estornudar es posible causar un brote en todo el centro«, explican desde National Geographic.
La enfermedad se contagia mediante secreciones (al hablar, toser o estornudar) y aunque desde el ECDC indican que sus síntomas son generalmente leves, aconsejan precaución y sobre todo manenterse alejados de casos confirmados o sospechosos de contagio a las mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas o con trastornos hematológicos crónicos, a los que sí puede ocasionar complicaciones de salud.
Aunque su síntoma más evidente es la aparición de un sarpullido rojo, generalmente en las mejillas, que puede expandirse a otras zonas del cuerpo, este suele aparecer después de estos otros síntomas en el caso de los niños y anuncia el final de la infección. Otros síntomas frecuentes son:
Sin embargo en el caso de los adultos, la aparición de este sarpullido no es tan habitual, aunque en su lugar pueden aparecer dolores en las articulaciones como manos, rodillas y tobillos.
Por regla general, a no ser que se pertenezca a uno de los grupos vulnerables, la infección no suele presentar complicaciones graves de salud. Aunque la Unión Europea ha estado vigilando el aumento de casos y desde el ECDC lo primero que han hecho es advertir a estos grupos vulnerables sobre el riego que puede suponer la infección.
Como en el caso de otras enfermedades, una vez un individuo se contagia con el parvovirus B19, obtiene inmunidad de por vida. No existe un tratamiento específico para este virus, aunque las recomendación de las autoridades sanitarias es lavarse las manos frecuentemente y toser hacia el codo en lugar de hacia la mano. No es necesario aislarse y es importante saber que cuando aparecen las erupciones cutáneas, el virus pierde la capacidad para contagiar.