Tras adquirir una primera vivienda, muchas personas se plantean comprar una segunda residencia, ya sea como inversión, como recurso vacacional o incluso como distracción tras la jubilación.
Según datos que maneja Kronos Homes, casi 3 millones de familias declaran tener una segunda residencia, lo que pone a España a la cabeza de países con más segundas viviendas de Europa. Mucha de ellas, especialmente las que se adquieren para disfrute del propietario, son casas en el pueblo de origen y en la costa.
Ante la tesitura de comprar o no una segunda residencia, lo importante es tener en cuenta los pros y los contras, así como los gastos y responsabilidades que va a suponer la segunda vivienda, con el fin de analizar si los podemos soportar y si nos compensan.
Pros y los contras de comprar una nueva vivienda
1. Pros de comprar una segunda residencia
Adquirir una segunda vivienda supone una serie de beneficios. Los expertos de Kronos Homes destacan los siguientes:
- Inversión a largo plazo
- La segunda vivienda puede ser considerada como una inversión a largo plazo. Con el tiempo, es probable que el valor de la propiedad aumente, lo que puede traducirse en ganancias significativas si el propietario decide vender en el futuro. Además, la propiedad puede generar ingresos si se opta por alquilar el inmueble cuando no se esté utilizando.
- Diversificación de inversiones
- En lugar de depender únicamente de acciones, bonos u otros activos financieros, tener una propiedad inmobiliaria puede ayudar a dispersar el riesgo y proteger el patrimonio en caso de fluctuaciones del mercado.
- Refugio vacacional
- Una segunda residencia ofrece la oportunidad de disponer de un refugio vacacional propio para escapar de la rutina y disfrutar de momentos dedescanso en tu propio espacio. Para las personas con niños pequeños que buscan un destino vacacional seguro resulta una opción muy interesante.
- Generación de ingresos
- Al alquilar una segunda vivienda cuando no se está utilizando se generan ingresos adicionales que ayudan a compensar los costos asociados con la propiedad, como hipotecas, impuestos o mantenimiento.
- Flexibilidad y comodidad
- Tener una segunda residencia ofrece la oportunidad de hacer turismo sin la necesidad de buscar alojamiento. Tener un hogar propio en una población diferente a la habitual también proporciona un sentido de pertenencia al lugar donde está ubicado el inmueble y permite ampliar el círculo de amistades.
- Oportunidad de retiro
- Una segunda vivienda puede convertirse en un oasis de tranquilidad cuando se alcanza la jubilación. Muchas personas deciden pasar algunas temporadas en la playa o en sus poblaciones de origen, y una segunda residencia lo permite.
2. Contras de adquirir una segunda vivienda
Comprar una segunda vivienda también puede suponer ciertas desventajas, como las siguientes:
- Vinculación a un destino único
- Con una segunda residencia cuesta más elegir otro destino vacacional y destinar el dinero a pagar un hotel o alquilar un apartamento.
- Gastos adicionales
- Adquirir una segunda vivienda supone una serie de gastos añadidos que pueden afectar al presupuesto familiar, como seguros, tarifas de mantenimiento o reparaciones.
- Más responsabilidades
- Tener una segunda residencia exige estar pendiente de su mantenimiento y la gestión del inmueble, lo que incluye visitas regulares para comprobar su estado y estar al tanto de las decisiones de la comunidad de vecinos. Es probable delegar estas funciones en terceros, pero supone más gastos.
- Fluctuaciones del mercado inmobiliario
- Si la vivienda se ha comprado como activo financiero, hay que tener en cuenta que su valor puede fluctuar en función del mercado inmobiliario, lo que, en caso de venta, puede influir negativamente en los beneficios.
- Limitaciones de uso
- Antes de adquirir una segunda residencia hay que plantearse que quizá no pueda disfrutarse tanto como se desearía por motivos laborales o familiares. De igual manera, hay que valorar la evolución del turismo si la vivienda se ha comprado para destinarla a alquiler vacacional.
3. Gastos e impuestos
Comprar una segunda vivienda supone enfrentarse a una serie de gastos e impuestos, ya que la segunda residencia no tributa igual que la habitual. Estos son algunos aspectos a tener en cuenta:
- Gasto inicial
- La compra de un inmueble supone un desembolso inicial que puede llevar asociado la necesidad de solicitar un crédito hipotecario. Ante la existencia de diferentes tipos de hipoteca hay que estudiar cuál es más conveniente según cada circunstancia particular.
- Gastos fijos y variables
- Existen gastos, tanto fijos como variables, que es necesario tener en cuenta, entre ellos los correspondientes a la comunidad de vecinos si la hubiere; la luz o el agua, tanto los gastos mínimos como de consumo; la tasa de recogida de basuras y los impuestos municipales; el seguro de la vivienda; las posibles derramas; el mantenimiento y los gastos derivados de las urbanizaciones como piscina, socorrista o jardinero, así los gastos registrales y notariales, entre otros.
- Diferentes impuestos
- Las segundas residencias tributan en la Declaración de la Renta y Hacienda aplica un 2% sobre el valor catastral del inmueble. Además, a la hora de comprar una segunda vivienda el propietario también podría tener que hacer frente a impuestos, como el IVA, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o el Impuesto de Actos Jurídicos.
- 4. Consejos a la hora de adquirir otra casa
Antes de comprar una segunda residencia, los expertos recomiendan tener en cuenta los siguientes consejos:
- Evaluar los objetivos financieros
- Hay que considerar cómo encaja esta compra en el presupuesto familiar y si el interesado puede permitirse los costos asociados.
- Investigar el mercado
- Es conveniente realiza una investigación exhaustiva del mercado inmobiliario en la ubicación que se está considerando: examinar las tendencias de precios, la demanda de alquileres y cualquier factor que pueda afectar el valor de la propiedad.
- Calcular los gastos totales
- Además del precio de compra, hay que tener en cuenta todos los costos adicionales asociados con la propiedad, como impuestos, seguros, mantenimiento y posibles gastos de gestión si se planea alquilar la propiedad.
- Considerar la ubicación
- La ubicación de la segunda residencia es crucial. Hay que buscar áreas con acceso a servicios y, si se pretende alquilar la vivienda cuando no se esté utilizando, la zona debe tener una fuerte demanda de alquileres, buenas comunicaciones y cercanía a atractivos turísticos y posibilidades de ocio. Si la segunda vivienda es para uso personal considerar la conveniencia de elegir un destino accesible desde la primera residencia para evitar la pereza de los largos desplazamientos.
- Evitar la compra por impulso
- Por mucho que se sienta un flechazo con un inmueble, conviene reposar la decisión unos días antes de lanzarse a la compra.
- Visualizar el futuro
- Plantearse la situación profesional o familiar a medio o largo plazo puede ofrecer un nuevo punto de vista a las necesidades actuales. ¿Es posible que la familia crezca? ¿Es factible el cambio de escenario laboral?