Libera tu mente de tareas pendientes de resolver con la regla de los dos minutos

Sirve para el trabajo pero también para nuestra vida personal y aplicarla es muy sencillo

Ana Más

Su creador es David Allen que en su libro ‘Get Things Done’ habla de la regla de los dos minutos, el autor afirma que la mayor parte de las tareas que posponemos no son difíciles de hacer, sino que simplemente evitamos iniciarlas y se terminan quedando en el limbo y sin hacer, explican desde la web de Trendencias.

Desde TELVA añaden que se trata de un método sencillo para despachar tareas, pendientes de ser resueltas, que se acumulan en nuestra mente, ocupando un espacio innecesario que nos estresa y carga.

Sirve para el trabajo pero también para nuestra vida personal y aplicarla es muy sencillo. Se puede resumir en lo siguiente: «si se te presenta una tarea que puedes hacer en menos de 2 minutos, hazla inmediatamente, si no escríbela en una lista».

Dónde aplicar la regla de los dos minutos

Una chica hace su colada.
Getty.

Sirve con cosas del tipo contestar un email, hacer una llamada rápida o poner una lavadora. Y es que el objetivo de la regla es que dejemos de pensar que tenemos que acordarnos de hacer tal o cual cosa y que simplemente la hagamos, si esto nos va a suponer menos de dos minutos, algo así de sencillo pero que tiene muchos beneficios.

Si lo aplicamos a la casa, tareas como fregar un vaso o meterlo en el lavavajillas, meter la ropa en la lavadora, guardar la tostadora después de desayunar, hacer la cama o bajar la basura, nos van a llevar menos de dos minutos y conseguiremos estar menos agobiadas en el trabajo, pensando que lo tenemos que hacer al llegar, además de ayudarnos a mantener la casa en orden. En el trabajo tareas como hacer llamadas telefónicas cortas, enviar correos electrónicos, hacer una copia de seguridad o confirmar la cita para una reunión, son susceptibles de aplicar la regla de los dos minutos.

Desde hipertextual.com explican que también puede aplicarse a grandes metas, porque una vez que empiezas a hacer algo, es más fácil seguir haciéndolo: «si quieres convertirte en un mejor escritor, sólo tienes que escribir una sola frase diaria; si quieres comer más saludable, sólo tienes que comer una pieza de fruta; si quieres hacer de la lectura un hábito, basta con leer la primera página de un nuevo libro…», explican.

Entre los beneficios de aplicarla está que evitaremos la procrastinación, ya que estaremos liberando nuestra mente de cosas que nos estresan, además así podremos concentrarnos más en aquellas tareas que lo requieren. Por si esto fuera poco, cumplir con esas pequeñas tareas nos genera satisfacción y nos ayuda a administrar mejor nuestro tiempo, además de sentir que nuestra vida está mejor organizada y somos más eficientes.