«Solo las fresas de producción ecológica están libres de pesticidas. En cualquier caso, si se adquieren fresas, siempre es necesario lavarlas adecuadamente para reducir riesgos», explican desde cuerpomente.com, desde dónde a su vez explican la forma correcta de hacerlo para que no quede ningún resto.
Lo primero que advierten es sobre uno de los errores más frecuentes a la hora de lavar esta fruta: arrancar sus hojas, ya que al hacerlo, «la fresa puede absorber el agua y los contaminantes que se encuentren en esta. Además, el agua, aunque sea limpia, diluye su sabor.», explican. Y algo más, la idea de lavarlas en un colador debajo del grifo, algo que la mayoría hacemos, no es la mejor, ya que el chorro puede magullar la fruta y esto afectar a su deterioro y sabor.
La manera correcta de hacerlo es llenar un recipiente con agua tibia, ya que esta tiene más capacidad de limpiarlas de polvo, pesticidas y otras sustancias, eso si, no las dejes mucho tiempo porque esto afectaría al sabor. Después ponlas a escurrir en un colador y finalmente sécalas con un papel de cocina.
Eso si, con este lavado eliminarás solo parte de los pesticidas, ya que hay una parte de ellos que la pulpa ha absorbido, para evitarlos, la mejor opción es el cultivo ecológico o de proximidad, explican.
Con respecto a la opción de lavarlas con un chorrito de lejía, algo que recomienda incluso la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), que indica que «se deben dejar cinco minutos en agua potable y lejía (4,5 ml de lejía por cada tres litros de agua)», debemos tener cuidado, NO SIRVE CUALQUIER LEJÍA, debe ser una apta para la desinfección de agua de bebida.
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