Durante las primeras horas, la incertidumbre reinaba y las autoridades llegaron a sospechar que podría tratarse de un intento de suicidio, sobre todo porque horas antes había tenido una fuerte discusión con su esposa Guadalupe.
Finalmente, el hermano de David Bisbal fue encontrado con vida, pero lo que vino después fue un golpe inesperado. Tras aquel evento, sufrió una lesión medular que lo dejó en silla de ruedas. Se especula que esta lesión podría haber sido resultado de una negligencia médica, algo que aún está por esclarecerse. El proceso de recuperación fue largo y difícil; pasó casi seis meses internado en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, enfrentando no solo las secuelas físicas, sino también el impacto emocional que conlleva un cambio tan radical en la vida.
En los meses posteriores, José María tuvo que aprender a convivir con su nueva realidad. «No sabía qué hacer, mi mente estaba bloqueada; sentía que una parte de mí había dejado de funcionar», declaró recientemente a La Voz de Almería en una entrevista realizada en septiembre. A pesar de la confusión y el dolor, decidió enfocar su energía en algo nuevo: el parabádminton.
Para encontrar un nuevo propósito y canalizar su energía, José María se unió a la Federación Española de Bádminton. Rápidamente demostró su habilidad en este deporte adaptado, destacando entre los mejores jugadores del país. Su dedicación lo llevó a ganar varios torneos, incluyendo una medalla de bronce en el Campeonato de España de Parabádminton, celebrado en Cartagena.
Sin embargo, su ambición era llegar aún más lejos: José María soñaba con participar en los Juegos Paralímpicos de París. A pesar de su esfuerzo y de estar muy cerca, no consiguió la plaza que tanto anhelaba. Este revés, lejos de desmotivarlo, ha fortalecido su compromiso con el deporte. Ha animado a otras personas con discapacidad a buscar en el deporte una manera de superarse: «Es esencial para la rehabilitación. Cuando estaba en el hospital, esperaba con ansias los días en que podía practicar bádminton», reveló.
Además de su pasión por el deporte, José María ha encontrado otra misión en su vida: la defensa de los derechos de las personas con discapacidad. Para ello, se ha unido a la junta directiva de la Asociación de Lesionados Medulares y Personas con Gran Discapacidad Física de Almería, donde ejerce como vocal de accesibilidad. Esta organización trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad en la región.
«Queremos que las personas con lesiones medulares y otras discapacidades físicas sepan que no están solas», aseguró el hermano de David Bisbal. «ASPAYM Almería se está convirtiendo en un punto de referencia, organizando actividades y brindando apoyo a quienes lo necesitan», agregó en declaraciones recogidas en la web oficial de la asociación.
A lo largo de todo este proceso, ha contado con el apoyo incondicional de su familia, en especial de su hermano David y de su esposa Lupe. «He tenido un apoyo increíble de mi familia, tanto de los Bisbal como de los Ferre. Estoy muy agradecido», compartió José María. También resaltó el sacrificio de su esposa, quien «sin dudarlo, dejó su trabajo para estar a mi lado en Toledo», concluyó.
Esta nueva etapa de su vida está marcada por los retos, pero también por su afán de superación y su compromiso con ayudar a otros que atraviesan situaciones similares.
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