Cerca de cuatro décadas de amistad son muchos años, por lo que las anécdotas que guardan y comparten son realmente elevadas. Y, una de ellas, es de lo más impactante, y eso que la cosa iba de gastar una broma…
Sucedió hace 10 años, en 2014. Sanz acababa de sufrir un infarto, y cuenta que estaba «aburridísimo en la UCI». Gracias a la visita de un amigo, el especialista de cine Ángel Plana, tuvieron la brillante idea de gastar bromas telefónicas a otros conocidos.
El primero en morder el anzuelo fue, precisamente, Resines: «Llamo a Antonio y me coge a la primera, cosa rarísima por cierto. Me dice, ‘Jorge, Jorgito, ¿qué tal estás? Muy-bien-Antonio. Ya-me-han-dicho- que-mañana-me-suben-a-planta», contó Jorge, imitando el ritmo lento y con pausas que utilizó en aquella ocasión.
«Jorgito, tranquilo, ahora lo importante es que descanses mucho, duerme todo lo que puedas. Yo me voy a encargar personalmente de que no vaya nadie a verte», le dijo Antonio Resines a Jorge Sanz. «Me lo creí, no es que sea buen actor, es que hace ese tipo de cosas», declaró el actor, que se tragó por completo el vacile.
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