El cantante de El Patio ha dejado claro que el 4 y el 7 son números que por separado le gustan, y ha llegado a confesar en alguna ocasión que no es él quien tiene una obsesión con este número, sino que es el 47 el que persigue al cantante.
La tierra que le vio crecer fue la elegida por el pianista y su hermano para inaugurar en 2010 un bar llamado El 47 live café, sitiado en la calle Capitán de la ciudad y destinado a poder albergar conciertos, algo que el cantante aprovechó la ocasión para realizar algunas actuaciones en directo.
Pero el bar no prosperó, debido a los problemas económicos a los que tenían que hacer frente los hermanos, tal y como Pablo ha confesado en tono de broma: «No teníamos ya ni para pesarnos. De los doce meses que tuvo el año, trece perdimos dinero. Me di cuenta de que me tenía que dedicar a hacer canciones»
Una gira muy especial en la que repasará todos los éxitos de sus 4 discos de estudio y que finalizará con varias fechas en diversas ciudades europeas que le permitirán volar como un colibrí, ave que ha utilizado como portada de sus últimos sencillos.
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