Así, según un estudio bajo el nombre de Probabilistic Tsunami in the Mediterranean Sea, el mar de Alborán es una de las zonas con mayor actividad sísmica. Esto, conectado con el Mediterráneo, aumenta la posibilidad de causar maremotos en zonas que van desde Valencia hasta Málaga, pasando por Baleares.
No hay marcha atrás y, según la Comisión Intergubernamental de los Océanos, la probabilidad de que un tsunami llegue al mar Mediterráneo cada vez está más cerca. Así, aunque no hay una fecha fija de su llegada, todo apunta a que en los próximos 30 años esto sucederá al 100%. No obstante, la probabilidad de que suceda en el lado de Cádiz si disminuye y podría pasar en los próximos 50 años.
El Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos en España ha implantado un sistema de alertas tempranas para poder identificar rápidamente los terremotos submarinos y actuar de manera eficaz ante la población. Además, dentro de este plan ante los tsunamis, se evalúan y clasifican las áreas costeras según su vulnerabilidad.
Según han apuntado desde el propio Plan Estatal de Protección Civil, la cornisa cantábrica sería la zona menos probable de que sucediera un tsunami. Sin embargo, las Islas Canarias y toda la vertiente occidental de Andalucía son las zonas de mayor riesgo y donde podrían registrarse olas de hasta ocho metros.
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