Así se llamaba el grupo con el que se subió a los escenarios junto a Antonio Carlos Miñán y Juanjo Martín, los compañeros que cerraban el trío musical. Pero esta agrupación tampoco surge a raíz del concurso, sino que la fundan 3 años antes. El nombre del grupo, tal y como confesó Pablo, hace referencia a la inocencia de los niños, que luchan por cosas imposibles y se creen invencibles; referenciaban la filosofía de poder alcanzar cualquier propuesta.
En 2010 lanzan su primer y único álbum como banda bajo el título de «Treintaytres», haciendo referencia a la cantidad de meses que les había costado lanzar el proyecto sin respaldo discográfico y compaginando los caminos personales y profesionales de cada uno de ellos, aunque en su día lo consideraron un trabajo de «mucho valor», ya que consiguieron elegir 10 canciones que despertasen sensaciones únicas en los tres componentes, y también tuvieron que elegir ellos mismos a los músicos, además de encargarse de buscar a personas que produjeran, arreglaran y mezclasen los temas.
No es un proyecto surgido a raíz del paso del malagueño por el concurso de talentos, ya que como afirmó entonces, muchas de las canciones que recogía este proyecto habían «nacido» antes de incluso imaginar que podría acabar dentro de aquella academia de la que consiguió salir como segundo clasificado.
3 años después, Pablo López lanzó su primer álbum discográfico como solista, con el que comenzó el despegue de su carrera. Después llegaron «El mundo y los amantes inocentes», «Camino, fuego y libertad» y «Unikornio: Once millones de versos después de tí», todas las etapas del cantante que en estos meses se pueden disfrutar en la gira de celebración con la que está recorriendo el país y parte del mundo.
Quién le iba a decir a Pablo que aquel niño raro que cantaba en los hoteles de la costa del sur y en el metro de Londres iba a convertirse en una de las figuras más importantes de la historia de nuestra música. Pablo, queremos seguir disfrutando de tu música y tus rarezas muchos años más.
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