Este 2024 los actuales Reyes de España, Letiziay Felipe, celebraban 20 años de matrimonio. Dos decenios han pasado de aquel lluvioso día en el que ambos se daban el ‘sí, quiero’ en la Catedral de la Almudena de Madrid. Si una boda ya de por sí causa expectación, con la de los por entonces futuros Reyes estaba más que servida, pues además de eso la figura de Letizia era ajena a la Corona (y se trataba de una mujer divorciada, algo que dio mucho que hablar aquellos años).
Uno de los asuntos que más expectación generaba era el vestido de novia de Letizia. Por entonces ya se siguieron de cerca todos y cada uno de los detalles relacionados al mismo, como quién sería el diseñador. Y aunque por entonces parece que se conocieron todos los detalles relacionados con el mismo, lo cierto es que una nueva información ha cambiado el relato hasta ahora conocido.
Pilar de Borbón y su papel con el vestido de Letizia
Boda Reina Letizia y Rey Felipe VI | Getty
La historia completa ha salido a la luz gracias a una reciente entrevista. La reina Sofía tuvo un papel crucial en la elección del diseñador Manuel Pertegaz, a pesar de su avanzada edad. La infanta Pilar de Borbón, hermana del rey emérito Juan Carlos I, fue quien investigó discretamente sobre la capacidad de Pertegaz para asumir esta tarea. En un encuentro casual en el Rastrillo Nuevo Futuro en Madrid, Pilar consultó a Dione Caus, sobrina del diseñador, sobre el estado de salud de su tío.
Dione reveló en una entrevista con Aragón TV que Pilar le preguntó directamente si Pertegaz estaría en condiciones de diseñar el vestido para la futura princesa. Tras confirmar que su tío estaba en perfectas condiciones, Pilar aseguró que contaría con él para esta importante tarea.
El vestido, confeccionado en el taller de Pertegaz, fue un símbolo de elegancia y tradición. Letizia lució radiante en la Catedral de la Almudena con un vestido blanco roto, escote en pico, cuello chimenea y bordados en hilo de plata y oro. La cola del vestido, de cuatro metros y medio, añadía un toque majestuoso a la prenda.
Aunque el diseñador solo cobró 6.000 euros, el valor estimado del vestido rondaba los 45.000 euros, reflejando la importancia y el orgullo de vestir a un miembro de la Casa Real. Este vestido no solo marcó un hito en la moda nupcial, sino que también quedó grabado en la historia como el vestido de la reina de España.
