Entre los 4 y 6 años debemos dejar que los niños exploren y jueguen con todo tipo de juguetes sin estereotipar comportamientos, explica. De los cinco a los ocho años, los niños definen su orientación sexual y es importante que los padres estén pendientes.
A partir de los 7 años comienza la pre-pubertad y es un buen momento para ir explicándoles los cambios que se producirán en su cuerpo. La sexóloga aconseja: «tomarse en serio sus emociones, mantenerse comprensivo y acompañarles en todo este proceso de cambio hormonal y físico».
Y es que una cosa es sexualidad y otra porno, el acceso a este último se produce cada vez más temprano: en torno a los ocho años y a través de internet. La psicóloga Anna Salvia, autora del libro ‘El porno no mola’, junto con la ilustradora Cristina Torrón, precisamente pretenden educar al público joven sobre los riesgos de consumir pornografía y explica en 20 Minutos que, «A partir de los once años, ya toca hablar con ellos sobre el porno, porque aunque en casa no lo vean, los compañeros de clase ya están hablando sobre sexo desde la visión que les ha transmitido el porno».
María Hernando explica que a los doce años se inicia la edad adulta a nivel sexual y es básico tener la máxima comunicación con los hijos, con los que es esencial hablar de anticonceptivos y de relaciones de pareja saludables.
Respecto a como proteger a nuestros hijos del porno, las expertas instan a los padres a instalar una buena aplicación de control parental en todos los dispositivos que usan sus hijos. Los más pequeños «no deberían usar dispositivos conectados a internet sin un adulto al lado, que seleccione qué es adecuado que vea y qué no y comente lo que aparezca», añaden
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