Casi 20 años después volvieron a unir sus caminos, demostrando que las segundas oportunidades existen. En esta ocasión sí llegaron a casarse, primero con una discreta boda en Las Vegas y después con una celebración a lo grande en una reserva de Georgia a la que asistieron todos sus seres queridos. No obstante, este verano la pareja sorprendía a sus seguidores al anunciar su divorcio.
Una separación sobre la que muchos han especulado, tratando de descubrir si se llevó a cabo en buenos términos o si, por el contrario, no acabaron de la mejor manera. En una entrevista para la revista Interview la artista confesaba que tras separarse se sintió «sola, extraña, asustada, triste y decepcionada«, si bien poco a poco logró encontrar el camino: «Estar en una relación no me define. No puedo buscar la felicidad en otras personas. Tengo que tener la felicidad dentro de mí«.
Ben Affleck, por su parte, ha tratado de no hablar públicamente ni de la artista ni de la relación que ha mantenido con ella, aunque en una entrevista para Entertainment Tonight ofrecida tras su ruptura confesó que «Jennifer es espectacular«, una prueba de que entre ellos las cosas podrían haber terminado de manera amistosa o que simplemente prefieren quedarse con lo bueno de todo lo vivido.
Con frecuencia ocurre que cuando una pareja se separa, también lo hacen sus respectivos entornos (familiares y amigos). Eso no ha ocurrido precisamente con la artista y el actor. La hermana de JLo, Lynda López, compartía una imagen en sus redes en la que aparecía junto a la hija mayor de Ben Affleck, Violet Garner. Un claro gesto de que entre ellas los lazos no se han roto tras la sonada ruptura.
«¡New Haven con mi Yalie favorita!«, escribía la hermana de Jennifer López junto a la publicación de Instagram, red social en la que le siguen más de 137 mil personas. Esta había querido ir a visitar a la joven a la Universidad de Yale, donde la hija de Affleck y Jennifer Garner está cursando su primer año universitario.
MÁS SOBRE: