El Papa, en conversaciones con el periodista Javier Martínez Brocal, autor del libro ‘El Sucesor’, ya lo había anticipado: «Francisco me contó cómo tras el funeral de Benedicto 16 quiso quitar todos los oropeles que había en el rito fúnebre. Quería ser enterrado como los demás cristianos. Que no querría ser velado sobre almohadones«, ha explicado el periodista, cuentan desde cadenaser.com.
Y es que el pontífice quiere simplificar todo lo que sea superficial para que el funeral del Papa sea lo más parecido posible al funeral de los demás obispos, explican y añaden que la principal novedad es que desaparece el primer rito: «el de la constatación de la muerte en el dormitorio del Papa», un ritual religioso, que a partir de ahora se hará en una capilla.
Pero esta no es la única novedad, además a partir de ahora se expondrá el cadaver directamente en la basílica de San Pedro en un ataúd y no en un catafalco, como en el caso de Juan Pablo II y Benedicto 16 y además desaparece la costumbre de enterrar a los papas en un triple ataud de ciprés, plomo y roble.
Pero, ¿de dónde viene esta costumbre del triple enterramiento?, responde simplemente, hasta ahora, al protocolo Vaticano, que establecía que el primer ataud fuera de madera de ciprés y forrado con terciopelo carmesí, el segundo de zinc sellado y el último, el visible, de madera de olmo o de roble, explican desde El Debate. En el primero se metían hasta ahora, junto a los restos del pontífice y las medallas y monedas acuñadas durante su pontificado.
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