Desde la web de ISDIN explican que debemos usar protección solar al menos media hora antes de exponernos al sol, que es aproximadamente el tiempo que tardan los filtros químicos en actuar y volverla a aplicar, es decir, renovar la crema, cada dos horas, además de después de nadar, sudar o secarnos con una toalla, ya que podríamos haberla eliminado.
Pero no vale aplicarse cualquier protector solar, debe ser uno con un factor de protección alto y es que este (FPS) es el que determina cuanto tiempo podemos exponernos al sol sin quemarnos, explican desde La Razón, desde donde añaden que «una crema con FPS 30 permite estar al sol 30 veces más tiempo del que podríamos sin protección antes de quemarnos«. Aunque matizan que esto puede variar según la cantidad de crema que nos apliquemos y la intensidad de los rayos del sol.
Además debemos elegir siempre un factor de protección solar adecuado a nuestro fototipo de piel. Es algo de lógica, si somos de piel blanca deberemos optar por una protección más alta que si nuestra piel es más oscura, «aunque siempre es recomendable no bajar de FPS 30», matizan.
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