En varias ocasiones hemos hablado de la importancia de cocinar bien los alimentos para eliminar las bacterias. Pero igual de importante es almacenarlos de forma correcta. Y es que «si una comida no huele como debería hacerlo usualmente, es motivo suficiente para sospechar y desecharla automáticamente», explican desde La Razón. Pero los alimentos no cambian de olor o sabor siempre porque estén caducados, a veces el simple hecho de estar mucho tiempo en la nevera, sin estar guardados correctamente, les confiere ese característico ‘sabor a nevera’, que parece tener una explicación científica.
Los gases que utilizan nuestras neveras para conseguir enfriar su interior (hidrofluorocarbonos, pentafluoroetanos, clorofluorocarbonos, etc.), son los responsables de este sabor. Se trata de compuestos que aunque no son perjudiciales para el organismo humano, si pueden conferir este característico aroma y sabor a los alimentos, al volatilizar en el interior del electrodoméstico y entrar en contacto con ellos.
Lo explica Heinz Wuth, de ‘Ciencia y Cocina’ (@soycienciaycocina) en su TikTok, y añade que «en algunas ocasiones estos gases pueden terminar por generar incluso acetonas, con olores mucho más penetrantes».
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