Y es que algunas partes del interior de muchos coches contienen productos ignífugos, «como compuestos organofosforados, que también se utilizan en la espuma de muebles, aparatos electrónicos y ropa», explican desde El Mundo.
Desde el mismo medio añaden que el estudio demuestra que uno de estos productos, el trifosfato(TCIPP), está presente en el aire del 99% de los vehículos analizados.
Para realizar el experimento se colgó una muestra de silicona del espejo retrovisor interior de vehículos recientes durante una semana, tras la que se analizaron las sustancias encontradas en esta muestra. «En condiciones normales, se comprobó que la concentración de TCIPP era similar a la encontrada en el interior de una casa», pero en el momento que subía la temperatura, dentro o fuera del coche, «las concentraciones de esta sustancia aumentan bruscamente, entre dos y cinco veces».
Y es aquí dónde viene el problema realmente importante, según un informe publicado en 2023 por el Departamento de Salud estadounidense, el TCIPP es potencialmente cancerígeno. De hecho fue probado en ratas y ratones, a los que provocó tumores hepáticos y uterinos.
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