Y es que este hospital de Castellón y el Universitario La Fe de Valencia son los dos únicos centros en nuestro país que de momento han administrado la vacuna, a la que han bautizado como BNT116.
El diario 20Minutos ha hablado además de con el doctor Sánchez, con el doctor Óscar Juan, que han explicado la revolución que supondría este ensayo si tuviera éxito. Pero aún hay que ser cautelosos porque se encuentra en las primeras fases.
Respecto al funcionamiento de la vacuna los doctores han explicado que se trata de «un tratamiento de inmunoterapia, que busca que el sistema inmune de los pacientes desarrolle una respuesta duradera contra la enfermedad». Y es que tal y como explica el doctor Óscar Juan: «Al final, las células cancerígenas son algo extraño para el organismo. Son capaces de engañar al sistema inmune para que no las conozca como tal, multiplicarse y dar lugar a los tumores. Lo que buscamos es revertir esta situación».
Y añade que se trata de conseguir que el organismo ataque a las células de cáncer de pulmón y las elimine, para ello: «Se toman antígenos de la superficie de las células tumorales del cáncer de pulmón. En concreto, son seis antígenos que se inyectan con ARN mensajero.»
Las vacunas de ARN mensajero , utilizan un fragmento de esta molécula que es introducido en las personas para que sus células creen una proteína igual a la de la enfermedad que se quiere curar. Así el organismo la localiza y puede producir una respuesta. En el caso concreto de la vacuna contra el cáncer de pulmón: «se basa en su combinación con otro medicamento inmunoterapéutico, el cemiplimab», explican desde el mismo medio.
Y precisamente el objetivo del ensayo que se realiza actualmente, es comprobar la eficiencia de estos dos tratamientos juntos. Algo en lo que Juan tiene esperanza: «Parece lógico que combinando un tratamiento que ya sabemos que es efectivo con otro tipo de inmunidad consigamos un mayor efecto«, explica.
Durante el ensayo los pacientes recibirán una dosis a la semana durante nueve y después una cada tres semanas hasta el año. Durante el proceso se les irán haciendo analíticas y pruebas radiológicas, para ver si la vacuna les está beneficiando.
De momento pueden participar en el estudio, pacientes que «no hayan recibido tratamiento previamente y que tengan un biomarcador, llamado PD-L1, que se sobreexprese en más del 50% de las células», explica el Doctor Sánchez y añade que aunque de momento, solo han participado pacientes en un estadio avanzado ya se está empezando a extender a otros con mejor diagnóstico. El siguiente paso es aplicarla en pacientes que ya han sido operados pero en los que queda queda «enfermedad residual, que no vemos. Esta vacuna puede asegurar que el tumor no vuelva a salir«, cuenta el jefe del Servicio de Oncología.
La idea es que esta terapia «se utilice para tratar otro tipo de cánceres, especialmente aquellos relacionados con el tabaco, como son el de cabeza y cuello, el de vejiga o el de esófago», explican.
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