Una de las cosas de las que habla es de los productos etiquetados como ‘light’, ‘diet’ o ‘sin grasa’, de los que explica que suelen, para compensar la falta de grasa, incluir más azúcares o edulcorantes artificiales, que a su vez pueden alterar la respuesta del cuerpo a la insulina, lo que potencialmente contribuye al aumento de peso.
Algo parecido sucede con las barritas energéticas, «muchas de ellas están cargadas de azúcares, jarabes y grasas saturadas, con un contenido calórico que a menudo equivale al de un postre«, matiza. Respecto a los zumos de frutas explica que aunque su consumo se asocia a una dieta saludable, incluso aquellos etiquetados como «100% naturales», son altos en fructosa, «un tipo de azúcar que el cuerpo procesa de manera similar al azúcar añadido«, que se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo, provocando picos de insulina y aumentando el riesgo de almacenamiento de grasa.
La experta habla también del pan integral, a priori mejor opción que el blanco por su contenido en fibra, pero muchos de los etiquetados como pan integral, contienen una mezcla de harinas refinadas y sólo una pequeña cantidad de harina integral, junto con azúcares añadidos para mejorar el sabor, explica Amaro.
La nutricionista explicaba hace unos meses en declaraciones al diario El Mundo que «las dietas muy restrictivas no funcionan en un 90% de los casos. Dos de cada tres personas que las hacen recuperan el peso a medio o largo plazo» y añade que hacer ‘dieta a lo bestia’ puede, al contrario de lo que pensamos, hacernos engordar, lo explica así: «Las dietas altamente restrictivas suponen poner a nuestro cuerpo en ‘modo ahorro’ de energía de una forma continuada, lo cual va a hacer que cada vez sea más fácil engordar y mucho más difícil adelgazar. Porque nos quedamos atrapados en un círculo vicioso de dieta continua el resto de nuestra vida».
Y se refiere también al hecho de eliminar totalmente las grasas de nuestra alimentación, explica que «las grasas trans y grasas saturadas pueden contribuir al aumento de peso y a problemas de salud, pero las grasas saludables, como las que se encuentran en el aguacate, los frutos secos, el aceite de oliva y el pescado azul, son esenciales para una dieta equilibrada».
Respecto a la idea de que los productos sin gluten adelgazan dice que no hay evidencia científica que lo respalde y añade que «muchos productos sin gluten son altamente procesados y contienen más calorías y azúcares para compensar la textura y el sabor que el gluten proporciona».
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