Dice el refranero español que el melón por la mañana oro, por la tarde plata y por la noche mata. Son muchas las verdades y mentiras que existen acerca de esta fruta propia de los periodos estivales y que en Cadena Dial vamos a analizar y a desmontar.
Muchas personas que quieren seguir una dieta equilibrada y baja en calorías, sobre todo cuando quieren bajar de peso, buscan cuáles son las mejores frutas para ello. Ante la duda de si el melón engorda, la respuesta es no.
Si por algo destaca esta fruta es por su bajo contenido en calorías. De hecho, según expertos, por cada 100 gramos, el melón contiene unas 40-50 calorías. Incluso podría ser menos. Esto es una cantidad nada elevada si lo comparamos con otras frutas. Asimismo, otros beneficios son su alto contenido en vitamina A. Por lo que, además de mejorar la salud, también nos ayuda a tener una piel suave y brillante. Otro de sus componentes es la luteína, la zeaxantina y el betacaroteno, lo que ayuda a retrasar el envejecimiento.
Seguramente alguna vez hayas escuchado que no es bueno para nuestra salud comer melón por las noches o fruta justo después de comer. Algo totalmente falso. De hecho, expertos de Mejor con salud aseguran que es recomendable ingerir una o dos rodajes a cualquier hora del día.
Comer melón todos los días nos aportará agua, vitaminas A, B, C y E, ácido fólico, fibra y otros minerales como calcio, hierro y potasio. Todos estos componentes nos ayudan a estar hidratados en épocas muy calurosas. Nos impulsan a la hora de eliminar toxinas y equilibra la acidez estomacal. Por otro lado, previene el estreñimiento y nos ayuda a mantener una piel sana.
La respuesta es sí, aunque sin abusar. Al ser frutas en las que su principal propiedad es el agua con un 85%, el melón ayuda a eliminar esas retenciones gracias a sus propiedades diuréticas. Esto no quiere decir que sea quema grasas, según señala el nutricionista Sánchez. «Perder líquidos no es adelgazar: para perder peso hay que perder grasa, y no solo eso: debemos mantener a tono la masa muscular», puntualiza.
El melón y la sandía son las dos grandes frutas por excelencia de los meses de verano, a pesar de que el catálogo nos ofrezca muchas otras. Ambas son muy apetecibles dado su alto contenido en agua que las hace refrescantes, aunque también aportan otros beneficios para la salud.
Las dos frutas son fuentes de vitaminas, sin embargo, sus componentes son diferentes. El melón, por su parte, es más rico en vitamina C, en minerales como el hierro, el calcio, el magnesio y el potasio, mientras que la sandía tiene más zinc, fósforo y es más baja en sodio.
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