Y es que la hija de Kiko ya está de vuelta, eso sí, a la espera de una posible repesca. A sus 31 años, ya tiene un bagaje considerable en realities y este, sin duda, es el que más ha dejado huella en su cuerpo.
Caba destacar que Matamoros, antes de emprender la aventura más dura de su vida, ya comenzó a hacerse prepararse meses antes de volar a la isla. «Cuesta aguantarme pero al final… consigo mi objetivo»: así tituló uno de los múltiples vídeos que publicó en su cuenta de Instagram sobre su entrenamiento.
Estas rutinas de ejercicios le permitieron lucir un cuerpo con un índice de masa corporal muy bajo. Esto se puede comprobar en sus fotos en la playa en la misma red social, donde acumula más de un millón seguidores:
Ya en la isla, tras un mes y medio de un esfuerzo a la que no estaba acostumbrada, pudimos ver el cambio en su cuerpo. Además, desapareció el pelo rojo que venía luciendo:
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