La expresión procede nada más y nada menos que de la II Guerra Mundial cuando en medio de la escasez y la miseria, «el pintalabios se convirtió en un símbolo de patriotismo y lujo en la Inglaterra de Churchill», explican desde elmueble.com. Algo que los asesores del político lo recomendaron tras constatar que pintarse ayudaba a las mujeres a levantar el ánimo y, en consecuencia, la moral del resto de la población, añaden desde El País.
Hay varios estudios económicos y sociológicos que se refieren a este ‘efecto pintalabios’ que en decoración «se traduce en un mayor interés por adquirir pequeños objetos que nos aportan satisfacción, que nos levantan el ánimo», explican desde El Mueble. Esto incluye la adquisición de artesanía y piezas de cerámica, además del interés por lo vintage.
Una muy buena opción para dar un aire nuevo a tu hogar, es cambiar trapos de cocina, ropa de cama, manteles y servilletas, además de los tiradores de los cajones y armarios o los pomos de las puertas. También puedes decorar con velas, poner papel pintado o cambiar tu vajilla, por ejemplo a una con motivos florales, de hojitas, estilo inglés, con flores tipo acuarela, que dulcifican la estancia. No hace falta que empapeles toda la habitación, puedes decorar una pared y dejar el resto con pintura. Ahorrarás y focalizarás la atención en un punto.
Otra muy buena opción es colocar algún que otro cuadro, aunque sin pasarse. Plataformas como Etsy o Instagram tienen auténticas maravillas de ilustradores modernos bastante asequibles. Por último, con un gesto tan sencillo como colocar flores y plantas en rincones o en mesas de centro y mesitas de noche, darás un giro sutil a la decoración de tu hogar. En definitiva pequeños lujos rápidos y asequibles.
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