En esa búsqueda del rumbo que deseamos tomar todos cuando cumplimos los veinte años, Vanesa hizo lo propio de la edad y se embarcó en una auténtica aventura: la de la música. Aunque siempre la había tenido como afición, lo cierto es que nunca había probado suerte seriamente. Fue entonces cuando la joven empezó a grabar sus primeras maquetas para enviarlas a quien correspondiese para ir haciéndose un hueco en la industria.
Hasta ahí todo bien, la idea no está nada mal, ¿verdad? Pues te resultará gracioso saber que Vanesa Martín grababa sus canciones y las enviaba sin poner su nombre, ni su dirección o, al menos, un teléfono de contacto. Eran canciones sin dueño aparente. ¿Cómo iban a saber de quién es o con quién contactar cuando alguien recibiese esas canciones? No hay una respuesta válida a esta pregunta porque es toda una incógnita y una anécdota verdaderamente graciosa en la carrera de Vanesa Martín, sobre todo sabiendo que ahora se ha convertido en una de las artistas más grandes de nuestra industria musical.
Porfavor la gracia que me hace esta anécdota siempre pic.twitter.com/BOhVajlyKv
— Sofia (@veranoeterno_vm) February 13, 2024
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