Dura solo cinco días y aporta los nutrientes necesarios para alimentar nuestro cuerpo sin que este los reconozca como comida, esto hace que «simule un estado de ayuno que acelera el metabolismo, quemando grasas y perdiendo peso. En menos de una semana adelgazas y tus células rejuvenecen», explican desde La Razón con respecto a esta dieta de la longevidad, ‘la dieta que imita al ayuno’ (FMD ), que así la han llamado.
Precisamente este mismo medio entrevistó a su creador, el doctor Valter Longo, director del Instituto de Longevidad de la Facultad de Gerontología de la Universidad del Sur de Carolina (USC), hace unos años. El mayor empeño de este médico, que lleva años estudiando como afecta la restricción calórica a nuestra salud, más allá de la pérdida de peso, era demostrar que el ayuno reduce la edad biológica, la del interior de nuestro cuerpo, además de retrasar el envejecimiento y aumentar la esperanza de vida.
Ahora el experto ha codirigido un estudio del que se deduce que » los ciclos de una dieta que imita al ayuno pueden reducir los signos de envejecimiento del sistema inmunitario, así como la resistencia a la insulina y la grasa hepática en humanos, lo que se traduce en una edad biológica más baja», explican.
La dieta que imita el ayuno es una dieta de cinco días, rica en grasas insaturadas y baja en calorías, proteínas e hidratos de carbono. Y es que precisamente está diseñada para imitar los efectos de un ayuno de solo agua pero proporcionando al organismo micro y macronutrientes, «lo cual facilita que las personas completen el ayuno».
Se pueden tomar sopas vegetales, barritas y bebidas energéticas, aperitivos de patatas fritas y té en porciones durante 5 días, además de un suplemento que proporciona altos niveles de minerales, vitaminas y ácidos grasos esenciales.
El estudio «analizó los efectos de la dieta en dos poblaciones de ensayo clínico, cada una con hombres y mujeres de entre 18 y 70 años. Los pacientes asignados aleatoriamente a la dieta que imita el ayuno se sometieron a 3 ó 4 ciclos mensuales, siguiendo la FMD durante 5 días, y después siguieron una dieta normal durante 25 días» y a los pacientes de los grupos de control se les indicó que siguieran una dieta normal o mediterránea.
Los pacientes del grupo de FMD presentaban factores de riesgo de diabetes más bajos, incluida una menor resistencia a la insulina y resultados más bajos de HbA1c, además de una disminución de la grasa abdominal y de la grasa dentro del hígado, mejoras asociadas a un menor riesgo de síndrome metabólico. También aumentaron su proporción entre linfoides y mieloides, un indicador de un sistema inmunitario más joven y habían reducido su edad biológica (entendida esta como una medida del funcionamiento de las células y tejidos de una persona, en contraposición a la cronológica) en 2,5 años de media.
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