Si algo ayuda a superar una ruptura es la música. Ella te comprende y no te juzga. Te distrae y te empodera. Hay canciones para todos los momentos y las de Hombres G parecen celebrar hasta cuando «estás llorando en tu habitación». Es imposible quedarse quieto cuando suenan sus temas. Es el caso de Devuélveme a mi chica, uno de sus hits que narra cómo su chica le ha cambiado por otro.
La canción que cosecha más de 200 millones de reproducciones, hace un repaso por las emociones del vocalista de Hombres G, David Summers, tras una ruptura con la chica de la que está enamorado. Esta se ha enamorado de otro y se ha marchado. La letra es el vivo reflejo del desamparo.
Hay que remontarse a los 21 años del vocalista de la banda cuando escribió esta canción. Con 21 años, puede que narrase lo que fue su primera ruptura. Y primeras veces siempre fueron complicadas. No se anda por las ramas con esta canción. Es un buen ejemplo de la cultura pop de los años 80. Con reproches, pero directo con la ausencia de miedo que representa a la forma de expresarse de los jóvenes. Esta letra atraviesa las cuatro estación de un corazón roto: la tristeza, la ira, la sed de venganza y la aceptación.
El amor no se pasa de moda y es por eso que ha sido cantada por varias generaciones. En solo tres minutos y medio, el personaje supera el momento que un mundo parece. Triste y sin ganas comienza: «Estoy llorando en mi habitación, todo se nubla a mi alrededor».
tristeza, depresión, no te lo crees pic.twitter.com/a5wu6cuYXF
— inupi mañoño (@inesfernaandez) June 14, 2023
No tarda más de 30 segundos en enfurecerse. Su chica le ha cambiado por otro y la ira se apodera de la canción.
Voy a vengarme de ese marica
Voy a llenarle el cuello
Con polvos picapica
En el videoclip se puede ver cómo esa desesperación le acaba enfrentando con ese «mamón». La canción vivió una época en la que estos videoclips era casi más importantes que la propia canción.
aceptación (orgullo herido) pic.twitter.com/whY6Y6gRko
— inupi mañoño (@inesfernaandez) June 14, 2023
Aunque la herida es profunda, todo se acepta y todo se cura. Siempre queda un perdedor en el amor y nunca es el que lo intenta. El aprendizaje es la única forma de no volver a tropezar y todo ello solo hay dos formas de saberlo, equivocándose y con música. Música como esta.
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