Hace unos años la revista científica Circulation: Heart Failure, de la American Heart Association publicó una investigación que que avalaba que tomar una o más tazas de café al día podría reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca. Recientemente un nuevo estudio realizado el CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili explica que también protege la memoria.
«La cafeína aumenta la alerta, reduce la sensación de cansancio y fatiga, aumenta la capacidad de mantener un esfuerzo intelectual y mantiene el estado de vigilia a pesar de la privación de sueño. Además sus efectos vasodilatadores hacen que mejore el rendimiento físico y potencia la disminución de la sensación de cansancio y fatiga», explican desde el centro médico psicológico centrobonanova.com.
Sin embargo su ingesta no beneficia a todo el mundo, la cafeína puede irritar el estómago y afectar a la calidad del sueño, «también hace trabajar más de la cuenta al páncreas y provoca decaimiento o fatiga al cabo de un rato», añaden desde soycomocomo.es.
Los efectos negativos de la cafeína se producen si se consumen cantidades muy elevadas de esta. Si tomamos café en grandes cantidades notaremos un aumento de la ansiedad y esto a su vez dará lugar a «taquicardias, dificultades para dormir, o incluso a un empeoramiento del control motor fino», explican desde la web del centro médico.
Cuando esto sucede no cabe duda que debemos dejar de consumirlo, algo que puede ocasionar algunos síntomas tanto físicos como psicológicos. Los más frecuentes son dolor de cabeza, fatiga, dificultad para concentrarse, irritabilidad, depresión, ansiedad y deterioro psicomotor, del estado de alerta y del rendimiento cognitivo.
Unos efectos que podemos minimizar con algunos consejos, lo explican desde cuerpomente.com, desde donde aconsejan preparar la abstinencia total con una reducción progresiva de la dosis, es decir si tomamos cinco o seis cafés, ir reduciendo la cantidad poco a poco y por supuesto evitarla por la noche. Toma uno menos durante una semana, a la siguiente otro menos y así todas las semanas.
Aconsejan además sustituir el café de por la mañana por otra bebida caliente, un buen sustituto es el yannoh o café de cereales, que se puede tomar con leche de arroz o de avena, caliente o frío. Debemos abastecernos de frutas y tentempiés sanos, ya que otro de los efectos secundarios de dejar el café son los antojos de comida.
Desde soycomocomo.es recomiendan además hacer ejercicio para paliar la ansiedad, «Caminar enérgicamente, ir en bici, hacer excursiones, correr… El ejercicio diario ayudará a eliminar toxinas», explican y desde el blog de cafetearte añaden algunas otras pautas como pasarnos al descafeinado, añadir al café leche o bebidas vegetales para reducir así la cantidad que tomamos e intentar dormir más y mejor.
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