Cuarenta años después de aquello la vida del actor es muy distinta, a sus 84 años vive retirado e su casa de Los Ángeles, dónde se trasladó cuándo se casó con la actriz Linda Kozlowski.
Ahora vive junto a Chance, su hijo de 24 años y está en tratamiento para superar una enfermedad renal que le ha dejado muy en baja forma, tal y como relataba en una reciente entrevista: «He estado bastante mejor que ahora… Tuve un problema en la aorta del riñón y el tratamiento lo arregló al principio, pero he sufrido una recaída. He perdido toda mi grasa corporal y todos los músculos, estoy casi sin fuerzas y me noto muy débil. Ni siquiera puedo abrir un frasco ya...»
Crocodile Dundee star Paul Hogan, 84, is seen with his troubled son Chance for the first time since the 24-year-old was in the hospital and posted a concerning video covered in cuts and bruises https://t.co/OXGy1aHWzu pic.twitter.com/Q3i89mZIHG
— Daily Mail Online (@MailOnline) March 17, 2024
Y es que esta no es la única dolencia que sufre el australiano, que desde hace años lleva un marcapasos, que le hace definirse «como una persona mantenida por una máquina». El intérprete declaraba en una entrevista con ‘Men’s Health’ que con setenta años se encontraba casi como cuando tenía 40 y que fue al llegar a los ochenta «cuando todo empezó a torcerse y desmoronarse».
Y es que su aspecto nada tiene que ver con el que recuerdan los seguidores de la saga, el actor ha bajado mucho de peso ya que ha tenido que llevar una dieta hipocalórica, además de que los medicamentos que toma le impiden coger peso, como él mismo explicaba: «Con esta medicación, te encogen los músculos y estoy tan delgado que tengo frío a todas horas». Ahora Hogan desea volver a su país para recuperarse.
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