Este lunes el Palacio de Congresos de IFEMA en Madrid se convirtió en el epicentro de la música española, acogiendo los Premios de la Academia de la Música Española. A pesar de la deslumbrante alfombra roja y la celebración de los logros musicales del año, el evento quedó marcado por las ausencias notables de algunas de las estrellas más brillantes de la industria que se encontraban nominadas, y que de hecho, se llevaron el premio.
La ceremonia, que otorgó 30 premios en diversas categorías, tuvo un arranque inusual: los ganadores ya eran conocidos antes de que comenzara el evento. Esto le dio un matiz peculiar a la noche, donde la sorpresa habitual de los galardones fue reemplazada por la confirmación y celebración de logros ya sabidos. La gala, presentada con dinamismo, buscó rendir homenaje a la diversidad y riqueza de la música española, aunque la ausencia de varias figuras prominentes dejó un vacío palpable.
Por el micrófono de Dial se pararon Iván Ferreiro y Sidecars, entre otros. Elegantes y magnéticos quisieron jugar a ‘¿Qué preferírias? Versión Premios’. Las respuestas fueron de lo más variadas, pero la mejor, como no es de extrañar, la sinceridad de José Mercé que reconoció que «nadie me ha rechazado, todo el mundo ha querido trabajar conmigo». Otros, como Ana Guerra: «Me quedo con un premio prestigioso antes que ganar la lotería»
Sin embargo, la noche también estuvo marcada por la ausencia de algunas de las principales estrellas. Quevedo, ganador de dos premios, no estuvo presente para recibir sus trofeos. Aitana, que arrasó con dos galardones incluyendo Mejor Canción de Música Electrónica por Los Angeles, tampoco asistió a la ceremonia.
El presidente de la Academia, Luis Cobos, también brilló por su ausencia, aunque se dirigió a los asistentes mediante un vídeo desde fuera de Madrid, donde se encontraba por motivos profesionales. Además, la ausencia de miembros insignes de la Junta Directiva como Alejandro Sanz, Manuel Carrasco y Luz Casal dejó a muchos preguntándose sobre el apoyo real de la institución hacia estos premios.
Mientras los asistentes disfrutaban de la gala, muchos no podían dejar de comentar la ironía de que los premiados más destacados no estuvieran presentes. Lo que es seguro es que la gala de los Premios de la Academia de la Música Española fue una celebración de la diversidad y la excelencia musical. Sin embargo, la verdadera pregunta para los próximos años es cómo la Academia podrá combinar la ceremonia y el reconocimiento con la presencia y el apoyo de todos los protagonistas de la música española.
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