El cantante David Bustamante protagonizó este martes el último capítulo de ‘El camino a casa’. Este nuevo programa presentado por el escritor Albert Espinosa hace un recorrido por la vida de los célebres invitados. La última entrega no dejaba indiferente a nadie. El artista, que suele mostrarse muy cercano con el público, anoche mostró un poco más de su intimidad.
Como si se tratase de ‘Viaje al pasado’, ambos se trasladaron a San Vicente de la Barquera. Y es que aparte de ser uno de los pueblos más queridos de Cantabria, también vio crecer al extriunfito. El cantante se emocionaba desde el principio al expresar lo agradecido que se siente por «haber nacido y crecido en un pueblo». En esta entrevista, Bustamante ha dejado su icónico apellido a un lado para mostrarse simplemente como David.
Un pueblo de 390,3 hectáreas le sirvieron una infancia feliz y sobre todo, normal. El recorrido que realizaron no olvidó ningún lugar importante. Desde el colegio en el que estudió hasta el polideportivo donde empezó a jugar al fútbol. De hecho, reconoce que pensó que «llegaría a ser futbolista profesional».
“Yo pensé que iba a ser futbolista profesional”, @David_Busta nos cuenta cómo su ilusión cambió para acabar dedicándose a la música #ElCaminoACasaBustamante pic.twitter.com/MtmKdZZRKy
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Dejó los estudios con tan solo 14 años para ponerse a trabajar y ayudar así a su familia económicamente. Pasaron por delante de un edificio que él mismo construyó. Se definió como un albañil de categoría y bromeó con la construcción: «tiene las juntas perfectas». Una época que le marcó bastante, en la que la inocencia le hizo tomar decisiones erróneas que ahora recuerda con cariño. Su primera deuda llegó muy temprano «le quise hacer un regalo a mi madre y me gustó una pulsera de oro blanco y brillantes», confesó.
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«Yo ganaba 80.000 pesetas en la obra, pero compré una pulsera de 90.000«, se rio. «Estuve dos meses trabajando para pagarla, como economista iba mal», bromeó. «Mi verdadera riqueza es poder dar calidad de vida y hacer regalos a mis seres queridos. Mi Ferrari y mis cadenas de brillantes es que a mi familia no le falte de nada». Un artista que ha vivido lo mejor de ambos mundos, dejó alguna que otra reflexión para el público.
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