A Dani Fernández le hemos visto crecer y evolucionar en la música. Apenas tenía 14 años cuando representó a España en Eurovisión Junior 2006 con aquel Te doy mi voz que muchos todavía recuerdan. La semilla de la música estaba sembrada y el joven artista no iba a dejar de luchar por sus sueños. Así, años más tarde lo veíamos formando parte de Auryn, la banda con la que por primera vez acariciaría el éxito, pero cuyo sueño se volatilizó tras siete años y cuatro trabajos discográficos.
Ahora por fin el artista se encuentra disfrutando de la profesión de la música siendo él mismo al 100%, un plano que convive en armonía con el terreno personal, que felizmente comparte con su mujer, Yarea Guillén, y su hija recién nacida, Belice. El de Ciudad Real acaba de lanzar Todo cambia, el primer adelanto de La jauría, un disco que verá la luz este 2024 y en el que denuncia aquellos juicios que emite a veces la sociedad con auténtico desconocimiento.
En una reciente entrevista con la Cadena Ser con motivo de este nuevo lanzamiento, Dani Fernández se sinceraba sobre una de las etapas más convulsas de su vida profesional, precisamente la que tiene que ver con Auryn. La banda le dio una gran proyección en nuestro país, pero también al otro lado del charco (estos recorrieron gran parte de Lationamérica con su música), llevando su música a todos los rincones del mundo en los que se les reclamaba.
«Auryn es clave en mi carrera y en mi vida. Al final nosotros empezamos jugando, para nosotros era un juego. Yo nunca pensé que eso se iba a convertir en lo que luego se convirtió. Yo no tenía ni idea de inglés, o sea, nunca se me ha dado bien«, reconocía el artista en dicha entrevista.
Pero no todo fue color de rosa. Tras el éxito llegó la caída en picado. «Empiezo a vivir en un mundo en el que todo era fantasía y viene la hostia de realidad. De repente nos damos cuenta de que solo había sido un juego. Éramos cinco chavales que, como te he dicho, no teníamos miedo a cantar, pero no éramos conscientes de lo que el mundo estaba haciendo en nuestras cabezas«, se sinceraba Dani Fernández sobre la separación del grupo.
Entonces se vio como quien se despertaba de un sueño y sin un proyecto musical con el que continuar expresándose. «Cuando termina la banda y me quedo en mi casa digo: ‘¿Y ahora qué? ¿Ahora quién me devuelve toda la ilusión, todas las ganas de dedicarme a la música?‘», señalaba.
«No éramos nosotros 100%«, confesaba este, que ahora vive su mejor momento como artista en solitario, llenando sus conciertos y haciendo llegar sus canciones a miles de personas. «No tengo que inventarme nada para gustar. Ahora yo quiero ser yo, quiero expresarme de la forma que me tengo que expresar, tengo que hacer la música que yo quiero hacer y no me da miedo ser yo mismo«, expresaba, reconociendo que era un sentimiento que antes sí tenía.
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