Como sucede con los signos del zodiaco, una piedra de energía adquiere un significado diferente según el momento del año. Si quieres saber cuál es la tuya, ¡te lo contamos!
El granate es una piedra que se puede encontrar en todo el mundo y cuyo color es el rojo, aunque también puedes verlo en otras tonalidades, pero su luminosidad lo convierte en una de las piedras más atractivas para los joyeros.
Sobre su significado, se creía que el granate sanaba emociones como la melancolía y servía como amuleto. De hecho, la cultura vikinga los usaba como decoración en los funerales, mientras que los soldados cristianos de las Cruzadas a veces los portaban en sus armaduras para atraer la buena suerte en la batalla.
El cuarzo amatista posee un inconfundible color violeta o morado y es una de las gemas más populares en joyería. Según la mitología griega, el dios del vino, Dionisos, se enamoró perdidamente de Amethystos qu eno apraba de rechazarle. Él, desconsolado, pidió ayuda la diosa Artemisa, quien, como venganza, convirtió a la joven en una roca blanca.
Pese al castigo, Dionisio seguía albergando rencor, por lo que vertió una copa de vino sobre la piedra, tiñéndola del intenso color violeta que la caracteriza. Por ello, la piedra amatista siempre se ha considerado como un escudo frente a las emociones negativas y las alteraciones emocionales o malas energías y se usa como un símbolo de vibración espiritual.
El aguamarina es una piedra preciosa que se clasifica dentro de los ciclosilicatos, es decir, una piedra natural que procede del berilo (como la esmeralda, el heliodopo y la morganita). Lo que le otorga ese color azulado como turquesa es el óxido de hierro.
Asimismo, es una gema de gran dureza, lo que la hace muy resistente, y su forma de cristalización es hexagonal. Se pueden encontrar en Italia, Ecuador, Sri Lanka, India, Estados Unidos. y en algunos países africanos, como Zambia, Nigeria, Madagascar, Kenia, Tanzania…
El diamante es la reina de la joyería, ya que mueve más o menos el 80% del valor de la este sector a nivel mundial. Los griegos lo nombraban como ‘adamas’, que quiere decir indomable, invencible, debido a su dureza. Por este mismo motivo, los humanos no pudimos tallar esta piedra hasta mediados del siglo XIV.
Se compone de carbono puro (C) y solo presente una pequeña cantidad de nitrógeno y boro. Esta combinación es lo que la otorga de su color y de ciertas propiedades (espectro, fluorescencia, transparencia a la luz ultravioleta o conductividad eléctrica, entre otras).
Lo más llamativo de la piedra esmeralda no es solo su color, sino que se trata de una gema imperfecta. Es muy difícil dar con un ejemplar que no tenga sus pequeñas impurezas (restos de cromo, vanadio y hierro), que son las que le dotan de ese característico color verde criptonita. Son sus «defectos naturales» que le otorgan gran belleza.
De hecho, una esmeralda perfecta, sin esas leves taras, podría adquirir más valor que un Diamante del mismo tamaño, debido a la singularidad de su color verde cristalino único, y por supuesto, ya que es considerada como una piedra preciosa altamente cotizada y de gran valor.
A la perla se la califica como ‘piedra preciosa’, aunque se encuentra dentro de las sustancias orgánicas (por lo que estrictamente no se considera una gema), su valor, su belleza y su exclusividad la sitúan como una gema. Para la cultura griega, las perlas se tenían en alta estima, por su brillo y su reluciente iridiscencia, así como en la antigua Roma, donde eran consideradas como símbolo de riqueza y posición social.
Esta piedra es conocida por su color rojo carmín y forma parte del grupo de las gemas preciosas junto con el zafiro y el diamante, entre otros. Ha sido este rojo lo que la ha convertido en todo un símbolo del amor, la pasión y la sangre, pero también es una de las gemas con más poder energético, por lo que hay que usarla con precaución. Para poder portarla, es esencial estas muy seguros de cuáles son nuestros deseos y sentimientos verdaderos.
En el pasado, fue símbolo del poder y la gloria para los griegos, que la llamaron ‘Antraquion’ (carbón encendido).
Esta bella piedra se presenta en diversas tonalidades verdes oliva, verde amarillento o tirando a rojizo y los antiguos egipcios, que la denominaban la ‘gema verde del Sol’, recolectabas estas piedras de la isla de San Juan, en el Mar Rojo. El auténtico color del peridoto es el verde oliva debido al hierro ferroso integrante de su fórmula, pero una cantidad mayor de hierro o magnesio pueden dotarle un tono más pardo.
Circula la leyenda de que el Peridoto fue la roca preciosa favorita de Cleopatra.
El zafiro es la piedra por excelencia del mes de septiembre y, junto al rubí, el diamante y la esmeralda, forman el cuarteto gemológico más reconocido internacionalmente. Se la conoce como ‘Azul Rey’. pero lo cierto es que puede adquirir diversas tonalidades.
En la antigüedad, hasta la Edad Media, se entendía generalmente por zafiro el actual lapislázuli debido, principalmente, a su formación en roca matrix. Para muchos, es la piedra del símbolo de la sabiduría.
Los beduinos consideraban que en el ópalo habitaba un relámpago, por lo que fue considerada como la gema de los hechiceros y los chamanes. También se le puede denominar Turmalina. Al formarse, se convierte en una especie de gelatina que a medida que se endurece cierra grietas y fisuras, dejando en su interior cierta cantidad de aire y agua.
Su color habitual es anaranjado o amarillo y suele usarse para atraer la prosperidad y la abundancia, pero también es por muchos considerado como un símbolo de transparencia, claridad y la verdad. Es decir, la honestidad humana. Como recoge la escritora Naisha Ahsian en ‘The Crystal Ally Cards’: «El topacio ayuda a manifestar intenciones claras y a atraer la buena fortuna».
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