¿Recuerdas cuándo fue la última vez que cambiaste tu almohada? Le damos mucha importancia a descansar las horas necesarias para afrontar el día a día de la mejor manera posible, pero también es necesario que que el colchón, la almohada o los cojines estén en sus condiciones ópitmas, ya que de no ser así, pueden causarte malestar coporal y perjudicar tu salud sin nisiquiera darte cuenta de que estos son los culpables.
Es cierto que a la hora de cambiar los elementos que nos acompañan durante nuestro descanso, nos fijamos más en los colchones que en las almohadas, pero estas también tienen una vida útil. Cuando se acaba pierden la confortabilidad que necesitamos o incluso la higiene, aunque puede resultar difícil determinar cuándo es el mejor momento para hacerlo. Para determinar el instante adecuado te vamos a contar algunas de las señales que debes captar.
Cuando comiences a notar que te resulta incómoda es una razón muy obvia, pero hay veces que nos despertamos durante una temporada con dolor de cuello y achacamos eso a otras causas. Cuando esta pierde su forma original, es porque ha ido acumulando los deshechos de nuestro cuerpo, en este caso también es conveniente cambiarla porque llega un punto en que la suciedad acumulada ya no se va.
Y como consejo para evitar tener que cambiarla tan rápido y mantener la misma almohada y en correctas condiciones, para que no pierda la esponjosidad, se puede meter en la secadora una vez al mes a altas temperaturas. Además, para que también se conserve limpia durante más tiempo, se puede incluir en el lavado algo de quitamanchas, aunque tampoco hay que pasarse, ya que mediante muchos lavados llegará a desgastarse rápidamente y conseguirás el efecto contrario al que deseas.
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