Y si hay algo que frecuentemente desechamos por el fregadero, son los restos de comida, algo que debemos evitar, ya que atraen a las ratas en las alcantarillas. Las cáscaras de verduras y frutas deben ir a la basura orgánica al igual que los restos de productos cocidos u horneados y los restos de comida líquida, dentro de un recipiente o bolsa sellada al rechazo, explican desde Cuerpo y Mente.
Lo mismo ocurre con los posos del café, ya que en combinación con la grasa pueden formar grumos y hacer que el agua no circule bien por las tuberías. Un uso mucho más ecológico y práctico es echarlos en las plantas a modo de fertilizante. Lo mismo ocurre con el arroz, que puede hincharse y taponar la tubería, el azúcar y la harina que pueden formar bolas que la taponen también.
Uno de las primeras cosas con las que seguro ‘has metido la pata’ en alguna ocasión, son las toallitas desechables, que a diferencia del papel higiénico, no se disuelven en agua y «pueden paralizar no sólo las tuberías domésticas y de alcantarillado, sino también plantas de tratamiento de aguas residuales», explican, esta es la razón de que haya que tirarlas a la basura.
Y seguimos con el inodoro. En este caso, con el papel higiénico húmedo, que muchas marcas venden ya como 99% agua, biodegradables o desechables, algo que ha enfrentado a las empresas de eliminación de aguas residuales y los fabricantes, ya que mientras estos últimos insisten en que sus productos se disuelven en las aguas residuales y no obstruyen los desagües, «los empleados de las plantas de tratamiento de aguas residuales señalan que deben limpiar periódicamente sus bombas de toallitas húmedas que no se han descompuesto», por eso mejor desechar este tipo de papel en el contenedor.
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