Sobre él ha hablado recientemente el nutricionista Juan Bola, que ha recomendado a los consumidores examinar detalladamente lo que pone en el paquete de café antes de comprarlo: «No me gusta decir bueno o malo, pero hay algunos que tienen acrilamida, que sale en el café quemado. No lo puedes hacer como en una tostada, que la rascas. El café torrefacto, vaya. Puedes elegir uno de especialidad, con un tostado menos ligero. Hay especies de café con menos cafeína, y eso es interesante».
La acrilamida es una sustancia química que se forma cuando los alimentos son cocinados o calentados a temperaturas superiores a los 120 grados y tal y cómo explican desde español.com, «Es entonces cuando los azúcares de los alimentos como el almidón y la fructosa reaccionan entre sí y dan lugar a este elemento. La concentración de esta sustancia aumenta proporcionalmente a la temperatura y el grado de humedad.»
Además La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) considera la acrilamida como un «probable» carcinógeno para los humanos. Probable porque La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) no tiene claro que resultados de las investigaciones realizadas en modelos animales, que han sido sometidos a dosis muy altas de acrilamida, se puedan extrapolar a seres humanos.
El experto también ha hablado del al café en cápsulas, del que ha dicho: «Vienen en plásticos, las máquinas no se suelen limpiar, acumulan microorganismos… los cafés de ahí no suelen ser de especialidad. No tomes cualquier cosa». De ahí que aconseje el café de filtro o de cafetera italiana.