A su vez desde la inmobiliaria Nazca Alliance, explican que lo primero que debemos asumir es el impuesto de transmisiones patrimoniales, que recauda Hacienda y supone un diez por ciento del valor de la vivienda. A esto hay que sumarle los gastos de notaría, el registro, los honorarios inmobiliarios y los gastos financieros, que son aproximadamente un tres por ciento del valor del inmueble.
Después, a la hora de que un banco nos de una hipoteca, entran en juego muchos factores, como nuestra situación laboral, si tenemos trabajo fijo, si somos autónomos o funcionarios, además de si compramos solo o estamos casados, entre otros. Pero como mínimo tenemos que contar con un diez por ciento del valor de la vivienda que queramos adquirir.
Ligia Luca, National Key Account Manager de Grocasa, explica en idealista.com que: «Las entidades bancarias tienen como normal general financiar el 80% del valor de la vivienda, esto supone que el cliente debe disponer del 20% del precio de la vivienda y un 10% adicional para pagar los gastos de la compraventa y de formalización de la hipoteca (ITP o IVA, notaría, registro, gestoría, tasación, seguros, etc.)».
Y añaden que aunque es complicado conseguir una hipoteca que nos financia más del 80% de la vivienda, en algunos casos es posibles, sobre todo si contamos con « garantías patrimoniales adicionales«.
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