Con la llegada del invierno y la reducción de las horas de luz, no solo los humanos pueden experimentar cambios en su estado de ánimo; los gatos también son susceptibles a estos cambios, siendo abordados por una apatía conocida como depresión estacional.
Este fenómeno se manifiesta en alteraciones de comportamiento y niveles de actividad en estas mascotas. Según expertos veterinarios, el cuerpo de los gatos produce más melatonina durante el otoño e invierno debido a la disminución de la luz natural. Este aumento de melatonina puede conducir a una reducción de la actividad física, mayor somnolencia y cambios en el apetito, lo que hace que puedan mostrarse más apáticos e irascibles de lo habitual.
Una encuesta realizada por la organización británica PDSA en 2007 reveló que el 43% de los animales domésticos tienen menos energía durante el invierno, el 59% duerme durante periodos más largos en esta estación y el 47% requiere más afecto de sus dueños.
Cómo evitar que tu gato sufra depresión estacional
Para mitigar estos síntomas en los gatos, se recomiendan las siguientes acciones:
- Aumentar la actividad física: Involucrar al gato en juegos interactivos y proporcionarle juguetes que estimulen su mente y cuerpo.
- Exposición a la luz natural: Colocar su cama o áreas de descanso cerca de ventanas donde pueda recibir luz solar durante el día.
- Iluminación artificial adecuada: Utilizar bombillas de espectro completo con certificación CE en áreas donde el gato pasa más tiempo, especialmente durante las horas sin luz natural.
- Mantener una temperatura confortable: Asegurarse de que el entorno del gato sea cálido y acogedor, evitando corrientes de aire y proporcionando mantas o camas térmicas si es necesario.
Además, es fundamental prestar atención a la dieta del gato durante el invierno. Una alimentación equilibrada y adecuada a sus necesidades energéticas puede ayudar a mantener su salud y estado de ánimo. Recientemente, la veterinaria experta en nutrición Ángela Vela ha recomendado reducir el consumo de pienso en los gatos, ya que pueden volverse adictos a este tipo de alimento. Vela sugiere una dieta basada principalmente en productos de origen animal, con un máximo del 5% de origen vegetal, preferentemente frutas y verduras, sin carbohidratos.
Es importante recordar que cada gato es único, y las respuestas a los cambios estacionales pueden variar. Si se observan signos persistentes de depresión o cambios significativos en el comportamiento, se aconseja consultar con un veterinario para obtener orientación personalizada y garantizar el bienestar del felino durante los meses de invierno.
