Tomar un caldo depurativo puede ser un gran aliado en tu dieta por varias razones, al hacerlo tú misma no lleva ningún tipo de conservantes y azúcares añadidos, son saciantes por lo que harán que comas menos, ayudan a eliminar líquidos, regulan el tránsito intestinal, depuran el cuerpo ayudando a eliminar toxinas y además nos mantienen hidratados y nos ayuda a beber el líquido que necesitamos.
Lo explican desde la revista Clara, “Estos caldos pueden ayudar a reducir la inflamación, mejorar la digestión, reducir el colesterol y los triglicéridos altos. Son muy buena opción en dietas ligeras cuyo objetivo es bajar de peso, porque además de estar compuestos por una gran variedad de ingredientes frescos y saludables, nos evitan picar entre horas o comer en exceso gracias a su efecto saciante.»
Pero cambiar de sabores te ayudará a no aburrirte y dejar el plan. Por eso hoy te proponemos uno diferente al típico caldo de verduras, elaborado a base de huesos de pollo, de ahí su alto contenido en colágeno, algo que también va a notar tu piel y tu pelo.
Lo recomendable es prepararlo con los huesos y tejidos conectivos del pollo de proximidad o ecológicos, ya que en el interior de los huesos pueden acumularse tóxicos muy fácilmente, explican. Además lleva agua, hierbas, especias y vegetales para potenciar el sabor.
Para cocinarlo necesitas:
Lo primero es hornear los huesos a baja temperatura una media hora. Después corta las verduras y pon todos los ingredientes en una olla con agua, Cocínalos a fuego lento, si puedes 24 horas a cocciones lentas, mucho mejor. Deja enfriar, retira los huesos y las verduras y tendrás tu caldito depurativo. Lo ideal para adelgazar es tomar una taza antes del almuerzo y otra antes de la cena.
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