Y es que más allá de lo bien o mal que quede o de lo que nos guste o no, este peinado puede causar algunos perjuicios para nuestro cabello, que incluso se pueden convertir en irreversibles si no se actúa a tiempo.
El término se empezó a utilizar para referirse al maquillaje minimalista y natural y poco a poco se ha extendido a otros campos como el de los peinados que apuestan por una estética limpia, moños altos y bajos y coletas básicamente. Y es que todos ellos tienen algo en común: tensan el pelo al extremo para lo que se utilizan cepillos de cerdas gruesas, además de productos fijadores (laca, cera o gomina).
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Lo explica en el mismo medio la doctora Virginia Velasco, dermatóloga y directora de la Unidad de Tricologia en la Clínica del Dr. Morales Raya: «Ocurre porque esa tracción continuada del folículo piloso, que es donde se forma nuestro pelo, va haciendo que este se debilite y en ocasiones cuando esto se realiza de una forma continuada acaba por agotarlo». Es decir, el pelo puede no volver a salir, dando lugar, sobre todo en las zonas de frente, sienes y patillas, a una alopecia irreversible.
A su vez, la farmacéutica y especialista capilar Helena Rodero, habla en el mismo medio, de la importancia de retirar correctamente los productos fijadores para que no dañen el cabello, «Lo mejor es que se mojen el cabello para hacerlo, porque así se va a deshacer esos polímeros que han quedado impregnados en la fibra y no se va a romper», ya que al estar tan rígido el cabello, si usamos un peine o los dedos, puede que el pelo se parta.
Las expertas recomiendan además de no hacerse este tipo de recogidos de manera recurrrente, estar atentos a síntomas como picor, inflamación o pérdida de densidad capilar y consultar inmediatamente a un dermatólogo que nos de un diagnóstico y se se confirma que se trata de una alopecia nos prescriba algún tratamiento.