Y es que el cacao, además de aportar a nuestro organismo minerales con gran potencial antioxidante y antiinflamatorio como el potasio, hierro, cobre y magnesio también aumenta la fotoprotección interna de la piel y es un gran aliado para mantenerla sana. Y es que el consumo diario de estos minerales es imprescindible para cuidar la hidratación de la piel desde el interior, ya que «ayudan a eliminar las toxinas del organismo, lo que se traduce en el mantenimiento óptimo de los niveles necesarios de humedad», explican desde El Confidencial.
Desde el mismo medio aluden a un trabajo de Indian Dermatology Online Journal en el que explican que «La manteca de cacao es un componente común y universal de los humectantes para la piel y los jabones de alta calidad», ya que inhibe la descomposición de la matriz dérmica y, por lo tanto, reduce el efecto de las arrugas.
Además, las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de los flavonoides presentes en el cacao, desempeñan un papel importante contra los rayos ultravioleta, protegiéndonos así contra el cáncer de piel. Pero además los flavonoides contribuyen a su vez a mejorar la microcirculación y la termorregulación de la piel y, por tanto, mejora su hidratación, como se explica en este otro estudio.
Los antioxidantes también ayudan a «mejorar la textura, la densidad y la firmeza de la piel, previniendo la aparición de arrugas y líneas de expresión acentuadas», añaden. Por otra parte los polifenoles presentes en su composición influyen en la buena circulación sanguínea, uno de los factores que tiene mucho que ver en el aspecto liso y terso de la piel y además reducen la posibilidad de que aparezcan ojeras.
Además el cacao contienen dos ingredientes que ayudan a mejorar la retención de líquidos y a drenar las células grasas: la cafeína y la teobromina, por lo que también es eficaz para luchar contra la piel de naranja.
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