De esta forma, Chenoa como si volviera a 2001 compartió escenario con Paul Thin, Lucas, Naiara, Ruslana, Martin y Juanjo. La argentina ha dejado para el recuerdo una de las actuaciones grupales más emotivas de la edición. Ha sido la mejor opción para dar pistoletazo de salida a una noche mágica. «Ha sido uno de los regalos más bonitos que me han hecho en mi vida personal y profesional», se sinceraba nada más terminar la canción con ese puño en alto como acostumbran acabar cada canción en el talent. Tras fundirse en un abrazo con los finalistas, la profesionalidad se adueñó de ella y volvió a su papel de presentadora. Acompañada de algunos de los profesores de la edición que protagonizó, no dejó de recordad su paso por el programa. Recordaba en todo momento su agradecimiento por la posibilidad de estar allí.
El público entregado ha dicho adiós al formato hasta nuevo aviso sin dudar de que Chenoa ha hecho un trabajo extraordinario. Durante tres meses, desde el pasado 20 de noviembre, la artista ha demostrado en el programa que la vio nacer que para ella en el escenario no existen retos. Los aplausos han traspasado la pantalla y también se han podido ver en redes sociales. Y es que OT puede contar con la lealtad de los mismos seguidores que los acompañaban hace veinte años y ahora también, de las nuevas generaciones.
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