Y es que tener un rostro más redondeado o una ligera inflamación, puede estar alertándonos de que estamos sometidos a un elevado nivel de estrés e incluso ser un indicador de problemas de salud más profundos. Y es que el cortisol permite que el cuerpo regule todo, «desde el metabolismo hasta el sueño, pasando por la función inmunitaria y la inflamación, pero podría decirse que es más conocido por ayudar al organismo a responder a las amenazas percibidas, una función que le ha valido el apodo de «hormona del estrés», explican desde nationalgeographic.es.
La ‘cara de cortisol’ es «una manifestación real del estrés en tu cuerpo. Cuando estamos bajo presión constante, el cuerpo libera cortisol, una hormona que nos ayuda a manejar situaciones difíciles. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, los niveles de cortisol permanecen elevados, lo que puede causar retención de líquidos, especialmente en el rostro«, explican desde Glamour.
Y es que este exceso de cortisol no solo se manifiesta en el rostro, también puede ocasionar aumento de peso, sobre todo en la zona abdominal, fatiga crónica, problemas en la piel, insomnio y cambios en nuestro estado de ánimo que incluyen irritabilidad, ansiedad o depresión.
Para evitarlo debemos disminuir el estrés general en nuestras vidas con prácticas de manejo del mismo, explican desde Glamour, como meditación, yoga o respiración profunda. Además recomiendan practicar ejercicio con regularidad y mantener una dieta equilibrada rica en antioxidantes. «Es fundamental priorizar el sueño, ya que durante este tiempo el cuerpo regula sus niveles hormonales«, explican, por lo que recomiendan dormir al menos siete u ocho horas por la noche.
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