Una canción, el origen de Belice, el nombre que Dani Fernández eligió para su hija

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Dani Fernández está viviendo uno de los momentos más dulces de su vida. A nivel profesional el artista acaba de anunciar una de las giras más especiales de su vida, la cual acompañará a un próximo proyecto discográfico que le tiene muy ilusionado. Por si fuera poco, en el terreno personal se encuentra disfrutando de su recién estrenada paternidad. La pequeña Belice, de poco más de cinco meses de vida, tiene a sus papás babeando ¡y no es para menos! 

En sus respectivas redes tanto Dani Fernández como Yarea Guillén la presumen con frecuencia. El de Ciudad Real nos conquistó recientemente con un vídeo en el que aparece cantándole a esta Solo tienes que avisar, la canción que compuso para ella cuando supo de su llegada. Recientemente el artista compartía una imagen de su pequeña junto a una canción con la que revelaba el origen de su nombre.

Se trata de Belice, el título de un tema de la banda Love of Lesbian. Esta canción podría haber sido inspiración para Dani y Yarea a la hora de elegir nombre para su hija. El tema habla de un conflicto interno en el que el protagonista se siente atrapado o controlad por otra persona y busca la libertad. «No, no evitarás que quiera largarme cuanto antes si cada vez que me quiero ocultar tú me conviertes en gigante«, reza el tema.

Tomando esta reflexión sobre la letra como cierta, Belice sería algo así como un símbolo de libertad, por lo que no se nos ocurre mejor significado para la pequeña de los Fernández Guillén. Seguro que sus papás han tenido muy en cuenta esto a la hora de elegir su nombre.

Love of Lesbian – Belice, letra

No, no evitarás,
Que quiera largarme cuanto antes,
Si cada vez, que me quiero ocultar,
Tú me conviertes en gigante.
Me has llevado por corrientes de agua
Que van a tus redes.
Y tus ojos son dos prismas devolviendo oscuridad.
No pretendas defenderte.
Te diré que no, no me convences.
Me quiero evaporar, entre la gente.

No, lo vas a negar.
Algunas bases no resisten.
Y un pulgar puede asfixiar.
Y a quien madruga… díos no existe.
Ya puedes preguntar,
Preguntar por ahí, o a los tuyos.
Si una gota colma el vaso,
Otras veces ya es el mar.
Y es el mar esta vez, ¿lo entiendes?
¿No ves que ya no, no me convences?
Me quiero evaporar, entre la gente.

Un día me iré, me iré de verdad.
No sé si me ves, del todo capaz.
De cambiar, nombre y edad, y si me encuentras decirte:
“¿De quién me estás hablando?”
No, no, no, no lo haré, jamás.
Me falta valor, o fuerza vital.
¿De qué me sirve salir de esta inmensa ciudad,
Si de quien pretendo huir, seguirá dentro de mí, y eres tú?
Eres tú. Si puedo escapar, es con la mente.