Desde el mismo medio aluden al estudio ‘La sexualidad recreativa de las europeas‘, elaborado por la misma red social y centrado en España, pero que recoge también datos de Francia, Reino Unido, Italia y Alemania, en el que el 26 por ciento de las mujeres reconoció haberse acostado alguna vez con un amigo y el 14 por ciento hacerlo de manera habitual. Las cifras son mucho más elevadas,situándose en un 36 por ciento, en el caso de las mujeres menores de 25 años, que reconocen tener sexo con amigos de forma recurrente.
Sin embargo antes de lanzarte a esta aventura, conviene que dediques un momento a pensar en las consecuencias, que pueden ser muchas. Y es que como explican desde el blog zenzsual.com, la de mejor amigo es de esas relaciones que no tienen precio por eso recomiendan: «pasar al plano sexual no solo por las ganas de una noche, sino porque existe un interés genuino en esa persona, porque de lo contrario, puedes herirla, confundirla y enredar la relación«, explican.
Aunque pueden darse dos escenarios, añaden: que sea el comienzo de una bonita relación y que sea el amor de tu vida o que por el contrario no funcione, con lo cual podrías perder una valiosa amistad: «Piensa en los pro y en los contra de cada uno de estos escenarios y toma tu decisión sin arrepentimientos», aconsejan.
Y es que uno de los principales problemas que pueden surgir tras tener sexo con tu mejor amigo es que uno de los dos se enamore y quiera tener un compromiso y el otro no. Entonces tendremos que estar dispuestos a enfrentarnos al desamor y a la separación. «Puede ser recomendable en esos casos separarse un tiempo para que la persona enamorada pueda aceptarlo, pasar su duelo y volver a retomar luego la amistad«, explica la sexóloga.
Poch insiste a su vez en la importancia de hablar después de que suceda, sobre qué se busca con esas relaciones, si se entiende que podemos separar sexo y amor y sobre si podemos mantener la amistad compartiendo sexo. Después debemos valorar, en función de los puntos de vista de ambas partes, si es mejor que no pase de nuevo porque corre peligro la amistad o si puede volver a pasar sin que haya problemas.
Y es que si no queremos que los haya: «Siempre hay que dejar las cosas claras …. Teniendo en cuenta que hay amistad, se entiende que hay confianza para hablar de lo que haga falta. Si a esa comunicación se le añade empatía, responsabilidad afectiva y ganas de cuidar la relación, es bastante probable que haya buen entendimiento», explica la sexóloga.