Fuera como fuese, existen numerosos estudios que hablan de los múltiples beneficios que el café tiene para la salud, entre los que destacan la activación del funcionamiento cerebral, que es rico en potasio, magnesio y fósforo y que ayuda a prevenir enfermedades como el párkinson, la diabetes y la depresión.
Otros, en cambio, recogen que su consumo excesivo podría traerte problemas digestivos y estados de nerviosismo que podrían llevarte a sufrir ansiedad y a tener problemas de conciliación del sueño.
Pero entonces ¿qué es mejor? El café no es malo ni bueno, todo dependerá de la forma de consumirlo. Lo ideal es que no tomes más de 4 tazas de café al día para que este solo te repercutirte en la parte beneficiosa.
Como ya hemos mencionado anteriormente, el café es un compañero como pocos, pero no es recomendable excederse en su consumo ni tampoco añadirle determinados ingredientes porque no forman una combinación saludable. Aquí te recogemos cuáles son esos ingredientes que deberías dejar de mezclar con el café:
Seguro que eres de los que siempre pone una cucharadita para evitar el sabor amargo del café, pero los expertos siempre recomiendan no hacerlo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es recomendable no superar los 25 gramos al día y normalmente, muchos de los alimentos que ingerimos ya superan esta cantidad.
Añadir leche al café supone la pérdida de las grasas saturadas que tiene este propio lácteo. Así lo han demostrado numerosos estudios químicos de diferentes universidades aseguran que la leche bloquea las propiedades antioxidantes de esta bebida. Aun así, hay científicos que no consideran que la evidencia sea determinante.
La leche en polvo también es uno de esos ingredientes que tendrías que evitar añadir al café, pese a que pueda resultarte más cómodo de transportar y almacenar. La realidad es que no aporta calorías y sus grasas artificiales pueden llevarte a padecer enfermedades cardíacas.
Muchas personas también aprovechan para ponerle a su café un chorrito de whisky o ron. Pero este añadido no registra un aporte nutricional reseñable. De hecho, la OMS afirma que la ingesta de alcohol está relacionado con graves problemas de salud.
El sabor amargo del café puede llevarte también a recurrir a otros sabores adicionales como el chocolate, el caramelo, la esencia de vainilla, etc. Pero no son beneficiosas para la salud por el alto porcentaje en azúcar que contienen cada una de ellas.
Los expertos coinciden en que los mejores momentos para beber café son entre las 10 de la mañana y 12 del mediodía y las 14 del mediodía y las 17 de la tarde, descartando así las horas del desayuno y las más nocturnas.
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