Hoy hablamos de algo que tiene que ver con la brecha de género en las matemáticas. Y es que según el estudio ‘Mujeres en STEM. Desde la educación básica hasta la carrera laboral’, elaborado por Esade a partir de informes como el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) o el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS), refleja que en España «existen brechas de género en la experiencia emocional en Matemáticas desde 4º de Primaria, teniendo las niñas una autopercepción menor, mayor ansiedad matemática y niveles de disfrute más bajos», explican desde la web de Telecinco.
Y es que la probabilidad de que las niñas muestren un sentimiento positivo hacia las matemáticas es menor que la de los niños, con una probabilidad un 9% menor de que se consideren buenas y con un aprendizaje rápido, además de presentar menos afección, «con una probabilidad un 15% menor de considerar las Matemáticas su materia predilecta y una probabilidad un 8,7% y 7,9% menor de que le gusten o disfruten aprendiendo, respectivamente», explican. Y aunque las chicas de quince años explican que hacen un mayor esfuerzo que los chicos para entender las matemáticas, «la brecha de género en autopercepción y afección por esta materia persiste».
Pero la mayor diferencia entre chicos y chicas está en la preocupación por la dificultad y las calificaciones en Matemáticas y el nerviosismo a la hora de resolver problemas, que son mayores en las chicas. Y es que aunque la brecha en resultados se ha reducido en la última década, la brecha en ansiedad matemática ha aumentado sustancialmente.
Del estudio se deducen más datos, como que la probabilidad estimada de que las chicas estén de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación «me preocupa sacar una nota baja» es un 13% mayor y un 14,1% mayor en la preocupación por la dificultad. En cuanto al nerviosismo a la hora de hacer deberes o problemas de Matemáticas, «la probabilidad estimada mayor para las chicas asciende al 15,6% en el primero y 21,3% en el segundo».
Y es que tener una autopercepción positiva sobre la capacidad en Matemáticas, así como la afección por las mismas, influye en los resultados de manera positiva. Mientras que la ansiedad matemática reduce la calificación media. Estos datos a pesar de referirse a etapas tempranas ya anticipan que la brecha se traslada a la carrera laboral, «la probabilidad de aspirar a los quince años a tener una profesión STEM a los 30 es un 12,7% menor para las chicas que para los chicos».
Y algunos datos más:
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